jueves, octubre 30, 2008

LOS VIAJES DE LOS OTROS

(Andrés se ha recorrido ya medio mundo porque es observador de Naciones Unidad en las elecciones que hay en los disntintos países. Ahora se encuentra en Guinea Bissau y por medio de su madre, rescato este texto que envía desde allí.)

Hola a todos!

Os escribo desde el paraíso terrenal, Bafatá, en Guinea Bissau, donde la vida nos trata bien. Hasta me he comprado una bicicleta. Una maravilla made in China,

y que un rapazinho creyó necesario desmontar enterita para engrasar hasta la ultima de las tuercas. Así que me levanto a las seis y media para poder estar una horita dando pedales, pues a partir de las ocho el sol cae a plomo.

Estoy deseando, por muchos motivos, que mi maleta, tras una semana de viaje, se reúna conmigo, pues dentro va mi sombrero, con el que haré una estampa irresistible a los ojos de los lugareños mientras monto en bici. Lo malo no son tantos las cuestas, que alguna hay, si no el que desde que los últimos portugueses se marcharon hace treinta años, nadie ha vuelto a asfaltarlas calles así que los baches son abismales. Y es que el pasado colonial de la ciudad (segunda en importancia del país y cuna natal de Amilcar Cabral!! (nota de interés para todos los enamorados de la revolución) se respira en cada rincón, esta presente para recordar a colonizadores y colonizados los buenos viejos tiempos,que todos parecen añorar. Ya veréis las fotos porque este parece un paisaje de postal, hoy mismo antes de escribir esto el atardecer se ha estremecido con unatormenta lejana, llena de rayos en la distancia mientras cientos de luciérnagas iluminaban los surtidores de una antigua gasolinera al pie de una colina coronada por un hospital. Hospital, por supuesto, donde ondea la bandera cubana pues los médicos estudiaron allá y además hay una misión internacionalistas de médicos cubanos también. Y para completar el cuadro estrangeiro, no faltan los cooperantes catalanes, el obispo católico, el imán libanés, los evangelistas brasileiros. Y, por supuesto, la familia portuguesa que se negó a abandonar el lugar tras la independencia y que regenta el restaurante donde desayunamos, comemos y cenamos todos los días, y es que donha celia guisa muy bien.

Y llegamos al tema del portugués, esa lengua!. Ha sido todo un descubrimiento saber que uno domina un idioma que no sabia que su cerebro había aprendido por su cuenta. Y es que basta con buscar un sinónimo antiguo castellano (por ejemplo decir morar en vez de vivir) y pronunciarlo mal (ya sabéis lo bien que lo hago) y con voz cantarina para que le tomen a uno como recién llegado de Coimbra. El portunhol, una maravilla.

Así que estoy encantado con vivir aquí, Bafatá, la del río gamu, con sus cocodrilos, cobras y las ánimas de los que se ahogaron en sus traicioneras aguas. (Eso si mencionar los anofeles que nos hacen la vida difícil con el miedo siempre presente de contraer malaria). Mañana que es nuestro día de descanso vamos a visitar unas cascadas.

La situación política ya os la contare en otra ocasión.



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