viernes, febrero 22, 2013

EL PROTAGONISTA DE MALA HIERBA TRABAJA EN COGOLLUDO


 Hace ya unos años visité el bonito pueblo de Cogolludo, el lugar donde mi amiga Ino pasó parte de su infancia y del que tanto me había hablado.  Confieso que me sorprendió gratamente por su arquitectura  y por  su historia.

En estos días al leer cómo a Manuel le lleva su propia inercia y la de los otros a este bonito pueblo de Guadalajara,  donde por primera vez- ya fuera de la ciudad de Madrid- el protagonista de Mala Hierba, toma la decisión de trabajar y trabajar duro,  aunque no diese ningún fruto en toda su extensión de la palabra,  he recordado mi visita y  al no tener fotos, he copiado algunas de las muchas que hay en Internet.  


El nombre del pueblo le viene dado por la forma  de cogollo en que están dispuestas sus casas,  en las  abundantes  calles empinadas y estrechas.




En lo alto del pueblo quedan las ruinas de un antiguo castillo edificado en el siglo XI, sobre una antigua construcción musulmana, pasando en 1176 a la Orden de Calatrava, donde se  pueden contemplar unas magníficas  vistas  que, aunque no tiene el verdor de los paisajes del norte, también tienen su belleza.



La  Iglesia de Santa María, ubicada también  en el cerro y cerca del castillo, es  del siglo XVI.  De estilo gótico, en el interior puede admirarse el cuadro “El Expolio” de José Ribera del XVII.
  
Dentro del pueblo una amplia Plaza Mayor  con una gran fuente de cuatro caños,  recoge al Palacio de los Condes de Medinaceli de siglo XV  y de estilo renacentista.  Llama la atención por su buen estado de conservación, no en vano ha sido declarado monumento histórico-artístico.

Manuel se queda poco tiempo a vivir en este pueblo, donde por una vez toma la iniciativa, porque como siempre, las circunstancias y su poca rebeldía y  mala suerte o su nada experiencia en eso de sembrar, hacen que vuelva otra vez a transitar las calles de Madrid, donde poco a poco se irá hundiendo en el fango.

(c)  Texto: Luz del Olmo

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11 Comments:

Blogger Gelu said...

Buenos días, Luz:

Al leer lo de los fracasados cultivos de Manuel, pensé que 'hay que saber' para sacar rendimiento al campo.
Si no se ha estado en el medio, desde pequeño, como es el caso de nuestro protagonista, hay que seguir unas pautas.
El capítulo me recordó a un querido vecino -de ciudad-, que en su pequeño terreno conseguía tener productos durante todo el año. Para eso se procuró todos los libros a su alcance. Le enseñó y ayudó a mi hijo –cuando era niño- a preparar un pequeño huerto.
Era una satisfacción ver cómo iba creciendo lo plantado.
Qué importante encontrar una persona que oriente en la vida.
Siguiendo con tu respuesta al comentario anterior, sé que hay muchos jóvenes desorientados.

Abrazos.

viernes, 22 febrero, 2013

 
Blogger pancho said...

Se agradece esta digresión tan bien hecha sobre el pueblo de Cogolludo. Me parece que la elección por parte de Pío Baroja es por la sonoridad del nombre.

El pobre Manuel se mata a trabajar en el huerto para nada. Es uno de los trozos de la novela que con más gracia nos cuenta el autor.

Un abrazo.

viernes, 22 febrero, 2013

 
Blogger Abejita de la Vega said...

Baroja pinta a Cogolludo como un desierto pedregoso y lo compara con una aldea flamenca, nada menos. Cada cosa tiene su belleza, ese palacio renacentista es muy hermoso. Cogolludo suena como repolludo.

Manuel planta y no crece nada, es su impericia como agricultor y jardinero. Geráneos y ajos, eso crece muy bien.

Besos, Luz, hablamos.

viernes, 22 febrero, 2013

 
Blogger Abejita de la Vega said...

Geranios.

viernes, 22 febrero, 2013

 
Blogger Merche Pallarés said...

Pues sí que es bonito ese pueblo aunque, para mi, tiene un nombre no muy "agraciado" que digamos... Cogolludo... Se ve que Manuel no aguantó el trabajo de agricultor. Veremos qué le depara la ciudad de nuevo. Besotes, M.

sábado, 23 febrero, 2013

 
Blogger Paco Cuesta said...

Poco le duró la alegría, o la buena voluntad de trabajar. Es su sino.
Un abrazo

sábado, 23 febrero, 2013

 
Blogger AntonioyDaniela said...

Hola Luz:

Lo de Cogolludos, me gusta, aunque soy de las acostumbradas al verde del norte, pero, por mi influencia castellana, también sé ver la belleza serena de pueblos más de secano.
Lo de Manuel, entiendo que si no sabía de las cosas del campo, sucumbiera. Lo debió de hacer muy mal pues yo (poco puesta en estas lides) cuando probé con un huertito ecológico, recogí poco pero recogí, y eso aunque sea un solo tomate, te llena de satisfacción y renueva las ganas de probar una vez más.
Gracias bss.

daniela

domingo, 24 febrero, 2013

 
Blogger Pedro Ojeda Escudero said...

¡Esto sí que es rescatar Cogolludo de la imagen que nos trasmite Manuel!
Besos.

domingo, 24 febrero, 2013

 
Blogger matrioska_verde said...

Alguna vez oí ese nombre, al menos no me es desconocido del todo pero no tenía ni idea de dónde estaba Cogolludo y tal y como lo describes tiene muy buena pinta. Lo tendré en cuenta por si alguna vez paso cerquita.

biquiños,

lunes, 25 febrero, 2013

 
Blogger Kety said...

Creo que a Manuel le iría bien el refrán:
"Dime con quien andas, y te diré quien eres". si no sale de ese círculo...,

Un abrazo Luz

domingo, 03 marzo, 2013

 
Blogger Myriam said...

Un pueblo que aún no conozco, así que gracias. AL menos el pobre de Manuel, hizo ejercicio físico un tiempo subiendo y bajando por sus colinas... jejeje.

Besos

viernes, 08 marzo, 2013

 

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