EL PUENTE
Cruzar un puente
sirve para llegar al otro lado,
pero mientras lo haces suceden cosas,
Karmelo C. Irribarren.
Como todos los días
yo también cruzo un aprendiz de puente
que me protege de un aprendiz de arroyo,
por ver si las flores de los almendros
acuden puntuales a su cita.
Excelente forma de conectar la poesía de Karmelo Iribarren con lo más sencillo y cotidiano -por eso mismo, extraordinario-.
ResponderEliminarLa poesía de Karmelo es maravillosa.
ResponderEliminarUn abrazo Luz.
Pedro, sigo leyendo este libro de Karmerlo C. Irribarren y poco a poco me voy metiendo en su poesía en apariencia tan sencilla, pero con mucha filosofía de la vida.
ResponderEliminarBesos
Hola Rita. ¿Cómo te va? Sentí no poder asistir a la exposición de Miguel Ángel Andés, cuando estuvo por aquí por Madrid. A ver si otra vez nos podemos abrazar sin ningún tipo de barrera.
ResponderEliminarSí, la poesía de Karmelo es maravillosa en especial por sus principales características de sencillez y hondura.
Besos
Esos caminos y esos almendros no sé yo si encajan en el ambiente urbano de Iribarren, pero cada uno tiene una forma de entenderse con el entorno.
ResponderEliminarLa poesía es lo que tiene.
Con Karmelo recorremos su paisaje y a la vez el nuestro. Los jardines a la orilla del mar y los de junto a la laguna de Velilla. Los bares del bulevar donostiarra y el bar de tu pueblo burgalés. El extrañamiento es el mismo, lo más humano.Muy buena entrada.
ResponderEliminarBesos, Luz.