MI INFANCIA ES
Para Mandy porque de él copié la idea.
Mi infancia es una niña
subida en el tejado de la casa
para estar más cerca de las nubes.
Mi infancia es un hermano
recitando un poema
y la ausencia de otros dos.
Mi infancia es la mirada de mi padre
que me lleva por todos los caminos
de sus sueños imposibles.
Mi infancia es la certeza de mi madre
que me busca y me encuentra
en los sitios más ocultos.
Mi infancia son algunos personajes
de las manchas en el techo
con dibujos pintados en la pared.
Mi infancia son las piedras viejas,
los tangos de dos arroyos
y el saludo matutino del enebro.
Mi infancia es el grito de las flores
En el verde de los trigos.
Y trisar de los vencejos
En un inmenso cielo azul.
Mi infancia son tormentas de verano
con ese olor de los trillos en la era.
Las lunas y sus vaivenes
Y el sonido de dulzainas en las fiestas.
En mi infancia cuentan cuentos
los chopos de Riofresno
porque saben el nombre de todas las fuentes
y esperan pacientes los días de otoño.
Mi infancia es el silencio
de la nieve por las calles.
Y el frío del hielo
atrapado en algún charco.
Mi infancia son animales
Divirtiéndose en la noche.
Mi infancia es mi alegría.
Mi infancia está llena de cariño.
Mi infancia es mi libertad.
Mi infancia es un juego tan continuo
Que aún ando metida en él.
Luz del Olmo
*Mandy es el poeta cubano Osgmandy Lescallés
Etiquetas: mis poemas, Pardilla
8 Comments:
¡Preciosa poesia!
Buena semana Luz
lunes, 20 octubre, 2008
Como te conozco hace muchos años, aunque no precisamente de infancia, sólo puedo felicitarte por este hermoso poema.
Luz: llama para tí siempre tendré un bun en rato.
PMT
lunes, 20 octubre, 2008
Es un bello texto: no podemos dejar de sentir la huella de la infancia.
lunes, 20 octubre, 2008
Te imagino correteando por los campos de Pardilla como Heidi en los Alpes.
lunes, 20 octubre, 2008
Gracias Fernando. Me alegro que te guste. Buena semana también para ti.
Un abrazo
lunes, 20 octubre, 2008
Gracias Pedro. Te llamaré y hablamos de lo que sea, hasta del tiempo.
Un abrazo
lunes, 20 octubre, 2008
Gracias por tus palabras Pedro, yo al menos no puedo dejar de sentir esa huella.
Un abrazo
lunes, 20 octubre, 2008
Me imaginas bien Abejita. Tuve una infancia tan feliz como Heidi. No correteaba por los Alpes, perosi lo hacia por los cerros de Pardilla.
Besos
lunes, 20 octubre, 2008
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