miércoles, noviembre 17, 2021

AMOR DE DON PERLIMPLÍN CON BELISA EN SU JARDÍN

 


García Lorca lo sabe porque él también  amó con pasión  y  conoció  de esas heridas que produce el desamor. No en vano es uno de  nuestros grandes autores y  lo seguirá  siendo en sus textos inmortales. 

Este año hemos comprobado que hasta aquellos que le dieron la muerte, se han querido apropiar de esa inmortalidad que le dan sus escritos.

En este  Amor de  Don Perlimplín  con Belisa en su jardín,  que puede sonar un tanto bufo  y no es de extrañar, porque  el amor también  tiene su ironía,  el autor granadino nos presenta una breve, pero densa historia, escrita en el género dramático, para hablarnos de amor, ese sentimiento tan complicado de definir y tan fácil de saber  cuando nos inunda, capaz de despertarnos para atravesar  el miedo, transformándonos en un sueño que vivimos por  un tiempo  y   hasta  a veces se llega a  vencer ese tiempo  e ir más allá. 

En esta historia, que también puede interpretarse de forma poliédrica y contener muchas otras, me quedo con  Don Perlimplín y Belisa, cuando por el comadreo entre sus "madres", deciden casarse en las miradas  que  cruzan desde un balcón, sin saber que los dos acabarían tan enamorados y capaces de  hacer posible,  el último verso de Quevedo  de  su  conocido soneto, AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA  MUERTE: .... Polvo serán, mas polvo enamorado.

6 comentarios:

  1. El amor tiene sus propios caminos, a veces muy, muy dolorosos.

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  2. Cuánta razón tienes.
    Qué honda lección de amor significa esta obra que parece una nonada a primera vista...

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  3. Don Perlimplín ha conocido el amor y le basta. Nadie le va a entender, ni siquiera Marcolfa, pero es igual. Ha amanecido para el protagonista y para el autor. Nunca antes hizo nadie algo así. Ni enamorado ni escritor.

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  4. Carmen, ¡ay ese amor tan traído y tan llevado! y siendo un componente muy importante en nuestra existencia.

    Besos

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  5. Pedro, he escrito sobre ella en lo que me ha llegado su lectura y me ha salido ese amor que, aunque sea una frase muy manida, es eterno.

    Besos

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  6. Abejita, tanto a don Perlimplin, como a Belisa, le llega el amor un poco por imposición y causalidad y sin embargo, quedan los dos completamente enamorados y disfrutando de sus sentimientos, porque aunque parezca un engaño de duendes, los dos quedan atrapados en este misterioso sentimiento. Esa es mi lectura.

    Besos

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