¡Mamá, hoy he muerto!
y me deshice de mi cuerpo.
Me encontraron muy dolorida a él.
Mi pureza la han depravado
burlándose, me violaron.
Cuando ya no he podido caminar,
por el pantano me arrastraron.
Luego fui cubierta con otros cuerpos
y nos quemaron.
¡Hubiese sido mejor
el no nacer bonita!
Mejor el haber tenido
la joroba en la espalda
y ser fea, para no conocer la violencia.
Ni una bestia es capaz de hacer eso.
¿Qué han hecho estos malvados orcos?
¿Por qué el Señor no los castiga?
¿Por qué no envía una condena devastadora?
Porque ellos, como nosotros,
también arderán en el fuego del infierno.
Y con sus cuerpos sucios,
¡la muerte cubrirá todas las cruces!
hasta convertir, en el oprobio del mundo,
mis alas ensangrentadas.
¡Hoy he muerto mamá!
¡Me deshice de mi cuerpo!
Autora: Ana Jvost
Estos días, me acerco a la poesía ucraniana y estoy asombrado por su riqueza.
ResponderEliminarGracias por este poema.
Pedro, me lo ha pasado una amiga ucraniana que está en España y lo está pasando muy mal.
ResponderEliminarElla tiene información de primera mano y los Medios de Comunicación, no cuentan todo lo que está pasando.
Besos
Tristísimo poema
ResponderEliminarSor Austringiliana, triste muy triste, demasiado triste, porque seguro esa es la verdad que tardará en esclarecerse por mucho tiempo. ¿Por qué no se puede detener esta barbarie qué nunca tendría que haber empezado?
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
A la violación como arma de guerra sistemática apenas se le concede espacio.
ResponderEliminarSí Carmen, por desgracia la violación en las mujeres ha sido y sigue siendo un arma que se utiliza con mucha frecuencia durante las malditas guerras y en esta ocasión, así es. Sin embargo no nos cuentan todo lo que está pasando en la realidad de Ucrania.
ResponderEliminarUn abrazo.