En días pasados, así lo hicimos y fue inevitable recordar a Carlos Batres y Juan Navarro, pues en el año que ha pasado, se han ido para siempre y ya no podrán estar con nosotros.
Carlos para mí fue más importante, porque trabajamos en tareas cercanas y fomentamos la amistad. A Juan, junto a otros compañeros del mismo departamento, lo conocía menos, pero lo recuerdo como hombre afable y buena persona.
Al llegar a casa, después de una jornada de sol y lluvia, les hice estos haikus:
Lluvia que dejas,
en los que ya se fueron
imagen de agua.
Agua en El Lago.
Vino un fuerte aguacero.
Recordé ausencias.
El dibujo de arriba, me lo regaló Carlos cuando yo dejé esta empresa, para perderme por otros caminos que me llevaron a estudiar y a seguir escribiendo.
Con frecuencia no sabemos cuál ha de ser la trayectoria de nuestros senderos.
(c) Dibujo: Carlos Batres
Texto: Luz del Olmo
La magdalena proustiana que aparece donde menos la esperamos. Si encimas vamos a comprarlas a aquella panadería de la infancia.
ResponderEliminarEsos ausentes tan presentes.
¿A dónde van los ríos de la vida?
ResponderEliminarPues sí Carmen, la magdalena de Proust viene a veces sin saber el cómo y su porqué, pero ahí está.
ResponderEliminarBuen símil que haces de tu lectura a lo que yo he escrito.
Me gusta y mucho.
Besos