domingo, diciembre 10, 2023

POESÍA




Te  puedo relacionar, como hace Luis Cernuda,  con la música,  un paisaje,  un encuentro...., pero también  y en especial,  con  alguien o algo que me alegra y  con todo aquello que me duele. 


Quizás te sentí, cuando fui creciendo y pude mirar a mi alrededor, el pasar de los días, mientras contemplaba e intentaba querer atrapar aquellos instantes que me iban surgiendo en el devenir del tiempo, con sus querencias y  desamores de algo que pasaba en mí, pero que no sabía muy bien cómo expresar.


Mi hermano Victoriano, fue el causante de llenar mis oídos con romances y   palabras que sonaban  a  música en su voz, cuando también  me cantaba las  muchas canciones que él se sabía y que por aquellos tiempos de la dictadura franquista, se oían por todo los rincones de esta España que a mí me pilló, en un pueblo donde la oscuridad, estaba llena de esos soles que los campos me brindaban, mientras que mi juego favorito era el imaginar  y contarme cuentos añadidos a los  dichos que mi padre, apodado El  Troneras, me iba relatando en el subir y bajar  de los caminos y donde la extensión del Ancha es Castilla, podía   mirarla en su infinitud. 


Con el paso de los años  y  a pesar de hallarme en un lugar cerrado, con grandes ventanales, llamado Colegio y no Escuela,  llenos de persianas de hierro que nunca había visto, como tampoco se habían  cruzado en mis once años,  aquellos  interminables  pasillos, con techos tan altos  que me costaba mirar, cuando en aulas grandes y llenas de niñas con uniforme, igual al mío, todas en color azul oscuro, donde un cuello  de plástico, nos apretaba la  garganta; me di cuenta que una  vez adaptada a ello, también  a tí,  mi siempre amada poesía, podía leerte en los libros  que no se censuraban, pues en aquellos tiempos, estaban vetados, muchos grandes autores que siguieron escribiendo en el exilio  y muriendo en el destierro, como   el gran Antonio Machado y los  que fueron llamados  de la Generación del 27,  con la excepción de  Gerardo Diego,   del cual  me aprendí, su Romance del Duero porque yo ya conocía este río, de verlo pasar cuando iba con mi padre a la villa de Aranda. 


Ya cuando tuve 16 años,   leí las obras completas  de Juan Ramón Jiménez,  porque siempre  fue y  es mi  autor favorito.


De esta forma,  POESÍA, te fui conociendo, queriendo y amando, cada vez más y más,  por ello, seguimos juntas, a pesar de los años,  porque me  sigues encandilando con la música que van dictando: tus palabras de amor, palabras. 


(c) Foto y texto: Luz del Olmo Veros

  



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6 Comments:

Blogger Sor Austringiliana said...

Te atrapó la música de las palabras y se quedó contigo, buena compañía para toda la vida.
Y es la llave de mundos insospechados.
Ábrelos.

miércoles, 13 diciembre, 2023

 
Blogger Pedro Ojeda Escudero said...

Que nos llene siempre.
Me gustó verte en Madrid este jueves.

sábado, 16 diciembre, 2023

 
Blogger La seña Carmen said...

¡Y qué bien hizo Victoriano en llenarte la cabeza de los sonidos intrínsecos de los romances!

domingo, 17 diciembre, 2023

 
Blogger Ele Bergón said...

Sor Austri, ahí seguimos la poesía y nosotras en esta amistad que no defrauda.

Besos

Luz

domingo, 17 diciembre, 2023

 
Blogger Ele Bergón said...

Carmen, bien lo sabes tú que Victoriano, fue mi maestro en esto del ritmo y al que siempre estaré agradecida, porque nuestro cariño sigue como entonces y ha aumentado con el pasar de los años.

Besos

domingo, 17 diciembre, 2023

 
Blogger Ele Bergón said...

Pedro, la poesía es un buen alimento que nos sigue acompañando.

Fue también un placer verte, aunque me tuve que ir temprano. A ver si otro día no tengo tanta prisa por coger el bus.

El documental sobre Semprún estuvo muy bien y por supuesto, tus sabias y hábiles palabras.

Besos

domingo, 17 diciembre, 2023

 

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