No tengo solo una estantería para guardar los libros que a lo largo de mi ya dilatada vida, he ido acumulando y, en general, para lo desordenada que soy, suelo respetar el orden alfabético por autores.
En la imagen que dejo en esta foto, descansan las prosas, es decir, las novelas y cuentos de diferentes escritores que escriben en lengua española y en otro apartado, los autores que publican en nuestra lengua, pero que escriben en la suya.
Por fortuna, tengo la suerte de tener una amplia habitación, en la parte de arriba de la casa, donde la luz, mi inseparable compañera, me va alimentando en el transcurrir del tiempo, por ello los libros se acumulan, al compás de mis años, porque a pesar de ahora poder leer en las pantallas de diferentes tamaños, mi preferencia sigue siendo el papel.
Por otra parte, la poesía también tiene su estantería particular. Es más pequeña y por eso su morada se encuentra en el comedor, donde también se hallan los libros de teatro, junto a los que me han publicado y he publicado.
Los libros que nos hablan de filosofía y en especial de psicología, reposan tranquilos en un descansillo de la escalera, con su correspondiente orden alfabético, como siempre, por autores .
No me olvido que tengo dos casas y que hay otros que permanecen silenciosos, un poco sin orden ni concierto, en la casa que me vio nacer y donde reposan en sus correspondientes estanterías.
En fin, que creo no haber llegado casi a los mil libros que tenía mi querido amigo Felipe A. Rodriguez y donde nos muestra una entrada que lleva por nombre: PÓRTICO: " LOS INADAPTADOS" y aquí os dejo el enlace por si queréis saber donde han ido a parar.
https://lahoradelabanana.blogspot.com/2024/10/portico-los-inadaptados.html
En principio me resisto a desprenderme de ellos, pero un refrán me recuerda que: "Nunca digas, de este agua no beberé" y otro que también me viene a la mente y es ese de " Hay que darle tiempo al tiempo".
(c) Texto y foto: Luz del Olmo Veros
Yo reparto mis libros en numerosos lugares, cuartos, estanterías, sillas..., pero sin duda, mi estanterías preferidas son las de las mesillas de noche, compradas a propósito con una balda intermedia.
ResponderEliminarYa quisiera yo tener una biblio tan ordenada. Mis libros escapan a mi control, un día de estos arreglo el caos. Y habrá que tirar, no hay otra.
ResponderEliminarMesillas de noche, qué idea, Carmen. Yo tengo una mesa camilla copada.
Besos, Luz.
Las librerías definen a sus propietarios, desde luego. Un lugar agradable el tuyo.
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