Suena, resuena el
mar lejano.
Poema
XVIII
Te añoro y voy
recordando
momentos lejanos
pasados contigo.
Y mientras pisaba
tu arena,
mis pies sonreían
mirando tu azul.
En días de
cielos oscuros,
tus olas se
alzaban
tan altas, tan
altas..
Mas luego volvía
la calma
y entonces
sentía
tu amor infinito
por la libertad.
Luz
del Olmo
LA NOCHE
En campos
abiertos
sombría y negra
se llena de
estrellas.
Distinta e igual
acude a su cita
de todos los
días.
En el mes de
junio
las ondas de
viento
demoran su
vuelta.
Allá por
diciembre
activan su ritmo
las ondas de
frío.
Sabe ser especial
recordar un amor
y tener un dolor.
Entonces Neruda
puede escribir
los versos más
tristes.
Es ella en
silencio,
testigo callado
del sueño en el
tiempo.
Luz del Olmo
( de mi libro Juegos de Luz )
Etiquetas: Lectura de la Acequia, mis poemas, Pablo Neruda, Veinte Poemas de amor
4 Comments:
Añoranza y noche, unidas. Gracias por la fotografía.
Besos.
jueves, 23 enero, 2014
No hay atadura que sea capaz de borrar el amor verdadero que protege, perdura en el tiempo y libera.
Un millón de ejemplares, vaya con los poetas poco leídos...
Cuidados poemas.
Un abrazo.
jueves, 23 enero, 2014
El mar y Neruda casan muy bien. Tristeza y Neruda van de la mano en tus versos.
Se nota que eres vieja amiga de Neruda, ese ejemplar tiene solera.
Besos, Luz, hablamos.
sábado, 25 enero, 2014
Un gusto leerte.
Besos
lunes, 27 enero, 2014
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