...quedé
sola entre la suciedad de las cosas.
Carmen Laforet en
su libro NADA
Todo era un turbio
amanecer en los días del mes de octubre del aciago año de 2014.
Empezaban a encenderse
las luces de la sospecha para descubrir una realidad no imaginada
por parecer imposible tanta infamia.
Políticos, banqueros,
sindicalistas, empresarios, alcaldes, personas de la realeza y
gobernantes al fin; elegidos algunos directamente por el pueblo,
otros nombrados por los anteriores, y en especial unos cuantos, bebiendo vasos llenos
de corrupción hasta límites insostenibles, mientras los sufridos
ciudadanos soportábamos entre atónitos, incrédulos e indignados, tanta
desvergüenza, arrogancia y desfachatez, oyendo en el colmo de su
cinísmo su desmemoria e incompetencia, después de culpabilizar a
los más débiles de sus felonías.
-¡Justicia, justicia!
-Gritaba el pueblo llano
-La cárcel para
todos los ladrones que robaron mis ahorros - dijo un anciano
estafado por Las Preferentes
_ ¿Dónde está la
enfermera tan simpática y amable que me ha atendido durante todos
estos años?
-¿ Qué ha pasado
con el profesor de adultos con el que aprendí a leer?
-Mi hijo necesita
una cuidadora especial porque él es especial ¿ A dónde la han llevado?
-¿Acaso la cultura
no ha sido siempre necesaria?
-Mi hermano tuvo un
accidente. La carretera no tiene buen asfalto.
-Me he caído. Metí
el pie en un socavón de la calle y me he roto una pierna.
-Antonio el del
tercero se suicidó, no podía seguir pagando la hipoteca, después
de quitarle la casa el banco.
- Tengo tres hijos y
mi marido y yo llevamos cuatro años en paro. Se nos ha acabado la
subvención.
- ¿ Qué ha pasado con
la honradez de los que nos gobiernan que se supone han de tenerla por
el hecho de sustentar este cargo?
-No hay dinero, no
hay dinero. Es la crisis, es la crisis mundial. Aquí en España
muchos habéis vivido por encima de vuestras posibilidades. Hay que trabajar
más y cobrar menos. Si los pobres pasan hambre que se jodan. Tenemos
que rescatar los bancos. No se les puede dejar caer.
Eran las respuestas
dadas por los infames mientras se llenaban los bolsillos en una
avaricia sin límites y sin escrúpulos y con buenos abogados
intentaban y lo conseguían, zafarse de su bien merecido castigo, mientras algunos jueces eran inhabilitados,
porque la ley sólo estaba y está hecha para los pobres.
Ante tanta injusticia
pensé que no debía quedarme sola entre la suciedad de las cosas y
así me uní a otros ciudadanos honrados y en cabreo continuo,
para luchar y recuperar todo lo que nos habían quitado porque al
fin y al cabo, solo reclamamos lo que siempre fue nuestro .
Luz del Olmo
Etiquetas: Carmen Laforet Nada, Lectura de la Acequia, mis textos
5 Comments:
Verdaderamente inquietante tu entrada, y lo peor, es que es la realidad. Demasiadas preguntas que nadie contesta, y demasiadas cretezas que nadie asume, demasiada basura. ¿PODREMOS quitarnos de encima a los que ensucian las cosas?
Querida luz, esperemos que sí.
Besos.
jueves, 06 noviembre, 2014
Qué buena forma de llevarnos hacia la novela que nos toca en este mes. Miserable presente este...
jueves, 06 noviembre, 2014
Así es lo que estamos viviendo. Un país como el piso de la calle Aribau.
Besos
viernes, 07 noviembre, 2014
Es tan real lo que relatas en este presente que estamos viviendo que yo quiero apagar mi ordenador y unirme a todos ellos también.
Besos
lunes, 10 noviembre, 2014
Me gusta mucho lo que dices en esta entrada, aunque no estoy de acuerdo con la fecha, pues llevan robándonos desde el origen de los tiempos; ni con los estereotipos ni las generalidades, mejor decir "algunos, muchos, unos cuantos, casi todos, la mayoría" de los gobernantes.
Un beso muy fuerte.
domingo, 23 noviembre, 2014
Publicar un comentario
<< Home