Foto de la película El pianista
Acabo
de terminar el libro de Antonio Muñoz Molina, SEFARAD, que
estamos leyendo para la lectura colectiva de la Acequia. Dejo aquí
mis impresiones finales.
Confieso
que he leído este libro con demasiadas interrupciones. No obstante,
cuando mis ojos recibían el pasar de sus palabras, notaba como si
una larga y meláncolica sinfonía se adentrara en mi, porque su
lectura me ha ido seduciendo cada vez más, con la música y el
ritmo de sus voces, haciéndome disfrutar y también conmover, en
determinados capítulos de esta extensa novela.
Sentada
en el auditórium del sofá de mi casa, las notas musicales me han
transportado a pueblos, ciudades y países como, Madrid,
Rusia, Alemania, Nueva York …. donde las historias se sucedían en
lugares cerrados, en especial los trenes, junto con habitaciones,
museos.. por donde transitaban personajes reales como Kafka, Milena,
Primo Levi, Müzenberg, Evgenia Ginzburgo, Jean Améry... y el
propio autor, con otros ficticios, mezclándose de una forma
continua, tanto en sus propias tramas como en las formas de
contarlo, cambiando sin aviso, de la primera a la tercera y segunda
persona. Es por ello, que noto me falta una segunda lectura, para
poder tener una nítida relación entre la diferentes partes de esta
melodía, hábilmente combinada, en sus diferentes notas musicales,
para ser escuchada (leída) con mucha atención.
Cada
empiece de capítulo, es una sentencia o pensamiento que puede
encerrar la historia de la vida que han vivido o que les gustaría
haber vivido, estos personajes, la mayoría, desplazados, exiliados,
marionetas y víctimas del nazismo, comunismo, y de la Segunda
Guerra Mundial que arrasó Europa, sin olvidar, lo ocurrido en
nuestra Guerra Civil.
Muñoz
Molina, tampoco olvida a los excluidos de nuestra sociedad actual
como son los emigrantes, las personas que por una causa u otra son
diferente, los enfermos terminales, los ancianos, porque todos son
expulsados de este “paraíso” donde vivimos la gente “normal" y
por eso recuerda al pueblo judío, que siempre anduvo errante en
busca de su origen, desde que en 1492 los Reyes Católicos
expulsaron a los sefarditas de Sefarad.
Y
lo que más me gusta en esta novela de novelas, es cómo cada lector
o lectora, escogemos distintos capítulos, porque nos sentimos
identificados, no ya solo con la melodía de las palabras, si no más
bien con lo que representa esa melodía en nuestra propia
experiencia vital, al igual que lo va haciendo el propio autor.
Luz
del Olmo
Etiquetas: Antonio Muñoz Molina, Lectura de la Acequia, mis textos, Sefarad
5 Comments:
Qué lindo que la pudiste terminar, al final y que ese arrullo de esas voces te acompañó, tanto como a mi.
Un abrazo muy fuerte
lunes, 18 mayo, 2015
Gratos recuerdosy sensaciones me has traído de cuando leí este libro.
Y qué decirte de la película del Pianista, acabo de regresar de Varsovia donde hemos recorrido apesadumbrados todos los escenarios de la película.
Fuerte abrazo :)
miércoles, 20 mayo, 2015
En las novelas de esta novela todos podemos reconocernos entre estas víctimas, decir: soy yo.
Gracias por estar.
miércoles, 20 mayo, 2015
Así es, cada uno de nosotros está en Sefarad. Me sentí señalada, sin saber por qué.
La música de Sefarad, un coro universal con un solista.
El nazi que lloraba con Brahms y no con la carnicería de los campos. Somos poliédricos.
Buen escrito, Luz.
jueves, 21 mayo, 2015
Novela coral, sin duda.
viernes, 22 mayo, 2015
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