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Etiquetas: Calderón de la Barca, El Alcalde de Zalamea, Lectura de la Acequia
posted by Ele Bergón at 11:24 a. m.
Luz del Olmo (Pardilla, Burgos) es licenciada en psicología, profesora, poeta, es autora de los siguientes títulos: "Poemas que vuelan y juegan"(1990), "Si miras por la ventana" (1992), "Pasaban las estaciones al ritmo de los pájaros" (1996), "Juegos de luz" (Ed. Prima Littera, 1999), "Haikus para niños" (Ed. Verbum, 2006) y "Pequeña música para la luna"(Ed. Verbum, 2008). Algunos de estos poemas han sido recogidos en libros de texto para jóvenes estudiantes en Francia, Suecia, Bielorrusia y Chile. Fue finalista en el premio Lazarillo del año 2000 con su novela para jóvenes "Las casas de Alicia". Ha participado con un poema dedicado a Nueva York en la exposición NYVISIONES, en el Instituto Cervantes de esta ciudad. Luz del Olmo también participa en actividades de animación a la lectura mediante visitas a centros de enseñanza y bibliotecas. En 2015 publicó la novela histórica "La fuente de los pájaros"
5 Comments:
Una critica neoclásica de una obra barroca que se había modificado según los gustos del teatro popular de la época... no podía dejarla el crítico en buen lugar...
jueves, 18 febrero, 2016
Interesante no sólo por que es sobre la Obra de Calderón, sino también por lo que señala Pedro en su comentario. Que importante es siempre poner las cosas en su contexto.
Besos
jueves, 18 febrero, 2016
Buenas noches, Luz:
Sorprende, a día de hoy, la improvisación de la intendencia de esos ejércitos.
Los consejos, muy oportunos y prudentes, pero que el muchacho ya debía de saberlos de memoria y tenerlos en cuenta.
El hijo de Pedro Crespo, de entrada, al servicio con el general.
Un abrazo.
sábado, 20 febrero, 2016
Una obra demasiado compleja quizá para la mentalidad que trataba de imponerse en el XVIII. Buen documento.
domingo, 21 febrero, 2016
La obra de Calderón no podía ser buena para un siglo neoclásico en que se quería dar la vuelta a lo anterior. Una constante en el mundo del arte. Si ellos eran retorcidos barrocos nosotros somos clásicos,clasiquísimos, más que los mismos griegos y romanos. ¡Qué horror de obra alambicada y sin reglas! ¡Ay las reglas!
Un buen hallazgo, Luz. Hablamos.
domingo, 21 febrero, 2016
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