Aquel seis de septiembre, Luis había decidido ir a la Biblioteca que hay
cerca del Retiro, a eso de las doce de aquella mañana donde el sol había
perdido la fuerza del pasado mes de agosto. Estaba haciendo una investigación
sobre palabras raras y necesitaba consultar algunos libros.
Venía de la oficina del INEM, que ahora tiene otro
nombre pues está privatizado, y había solicitado después de varias idas y
venida en busca de su documentación, los
cuatrocientos euros del famoso e
inquietante plan PREPARA. Nada le había
asegurado la persona que le atendió. Allí el ambiente estaba enrarecido con carteles por todas partes, diciendo algo
así como : Yo no tengo la culpa de la
crisis, junto a lazos negros que acompañaban a las caras largas y de mal
humor.
Estaba
preocupado, vivía solo, se le acababan los pocos ahorros que tenía. Sus padres
habían muerto en un accidente y sólo le quedaba una abuela en el pueblo a la que no quería molestar. Llevaba un año
buscando trabajo, acudiendo a empresas con sus curriculums y también
por Internet, aunque no sabía si llegaban a su destinto o no.
Le llamaron de
dos cursos y aunque no tenía nada que
ver con su profesión, los hizo. Aunque intentaba no caer en el desánimo, el vacío y
el abismo lo sentía cada vez más cerca.
Le dio por hacer esa especie de diccionario con
palabras raras, por matar el tiempo, por entretenerse en algo, por no pensar.
Le gustaba ir a esa biblioteca de la
calle Doctor Ezquerdo, le gustaba porque tenía buen fondo bibliográfico y
porque su personal era amable y servicial, pero le gustaba en especial porque
al entrar Luis siempre leía un
cartel que le iba dando fuerzas en el día
a día de su vivir “ Que no nos recorten la sonrisa” .
(c) Foto y texto : Luz del Olmo
Etiquetas: . Mis fotos. mis textos
13 Comments:
Bello pero triste relato. ¿Cuántos no estarán así? Me da escalofrío pensarlo... Besotes, M.
jueves, 06 septiembre, 2012
Hay que rellenar los huecos que nos quedan, incluso en las peores circunstancias. Bien por Luis.
Un buen relato para este tiempo de aires difíciles.
Besos
jueves, 06 septiembre, 2012
Hay que encontrar la fuerza dentro de nosotros, sin duda.
jueves, 06 septiembre, 2012
Triste relato, pero con esperanza. Que nunca nos recorten la sonrisa...
Besos
jueves, 06 septiembre, 2012
"Dios aprieta pero no ahoga".
Con esa esperanza mantendremos la sonrisa.
Un abrazo
jueves, 06 septiembre, 2012
Hola Luz:
yo para que no me la recorten si acaso la esgrimiré más amplia, más amable, más sonrisa si cabe, por hacer...oposición.
bss
daniela
jueves, 06 septiembre, 2012
En situaciones así es importante mantener la mente ocupada para que no le de por llevarnos al abismo, aunque es difícil.
Besos
viernes, 07 septiembre, 2012
Cuando el bolsillo está vacío, no sé yo para que sirve la sonrisa.
Qué es mejor hacer todo con una sonrisa, pues sí, es mejor incluso para pedir.
Abrazos.
lunes, 10 septiembre, 2012
Merche, por desgracia hoy en día hay muchas historias como ésta.
Abejita, el relato está basado en hechos reales,incuida la sonrisa.
Pedro, nuestra fuerza es la única capaz de empujarnos hacia adelane
Myriam el relato sé que es triste,pero en nuestro país muy real y demasiado frecuente.
Kety, esperemos que Dios afloje un poco las manos y así poder sonreir mejor.
Daniela, el entrar en la biblioteca y ver el cartel que en realidad dice " La sonrisa no se recorta" ayuda y reconforta.
Asun en situaciones difíciles a veces es una buena solución el tener la mente ocupada como hacel Luis.
Pamisola, cuesta sonreír en situaciones difíciles, pero puede ayudar. El mal humor y la rabia lo más probable es que la empeoren.
Besos y sonrisas para todos y todas.
Luz
miércoles, 12 septiembre, 2012
En cualquier caso hemos de recuperarla
jueves, 13 septiembre, 2012
tan real que duele; es dificil para muchos, en estos momentos actuales, no caer en el desánimo.
biquiños,
jueves, 13 septiembre, 2012
Sí paco si la perdemos, la sonrisa, hay que recuperarla.
Aldabra, la historia es real,aunque haya inventado algunas cosas y así, por desgracia hay muchas historias.
Un abrazo
Luz
viernes, 14 septiembre, 2012
No podrán quitarnos la sonrisa si la brisa la consentimos con sinceridad…, manteniendo en nosotros la templanza y dando todo lo que tenemos por seguir luchando por la libertad, que al final, es el motor de todas las sonrisas.
Un abrazo y a sonreír que eso si que es vivir.
antonio
viernes, 21 septiembre, 2012
Publicar un comentario
<< Home