Nadie que lea este
libro desde el principio al final, permanecerá indiferente a sus
palabras poéticas, pensadas y contenidas, donde se relata la
historia de un niño y su huida de una familia y un pueblo, para
encontrar la intemperie de los páramos que le acogen junto a un
pastor de cabras. Y es así como va pasando, en un proceso
iniciático, a otro infierno donde la muerte, la angustia, el miedo
extremo se aúna con el hambre, la sed, el calor sofocante y todas
las incomodidades físicas, hasta encontrar algo de respiro en el
cariño silencioso del hombre valiente que lo va acompañando, lo va
defendiendo y enseñándole a hacerlo, de la extrema violencia, en
toda la extensión de su desasosiego, de aquellos de los cuales huye.
Javier Carrasco en
esta su primera novela, Intemperie, agita a sus lectores, con tal
fuerza que todas las emociones que sacuden al niño y al resto de
los personajes sin nombre, se cuelan muy dentro de nosotros, para
vivir con ellos de una forma tan real que nos rasgan el alma,
haciéndonos heridas semejantes a las que a lo largo del texto va
describiendo, porque si es verdad que el libro tiene muchas lecturas,
la esencia de lo auténtico, encuentra su reflejo en cada palabra.
( c) Texto y foto de Luz del Olmo
P.D. Ya sé que no son ni chivas ni cabras, pero en mis paseos por el campo encontré estas ovejas que son un poco " primas hermanas" de las anteriores.
Etiquetas: Mis fotos. mis textos. Lectura de la Acequia. Jesús Carrasco. Interperie.
5 Comments:
Verdaderamente puede provocar comentarios diversos, pero no indiferencia.
Besos
jueves, 17 octubre, 2013
Tus ovejas son demasiado plácidas para Intemperie, pero también saben mucho de campo, desde luego.
En efecto, Intemperie provoca en el lector esa fuerza de las emociones que comentas.
jueves, 17 octubre, 2013
El libro con la oveja, o cabra, de la portada parece importarle un rábano a la oveja que no pierde punto en el careo. Me encanta el divertido y original experimento fotográfico. Excelente.
El autor ha sabido conjuntar y dar unidad a variados elementos muy próximos a la dureza de la vida en el campo. Explican la emigración.
Una abrazo.
viernes, 18 octubre, 2013
¡Me gustan tus fotos!
No creo que haya nadie que quede indiferente al adentrarse en las páginas de este libro, que como mínimo no sienta alguna de las emociones que pretende transmitir. Porque evidentemente se nos cuela y nos rasga el alma.
Un abrazo
viernes, 18 octubre, 2013
Tus ovejas pasan de libros, son mansas ovejas pardillanas. Las cabras de Intemperie están rabiosas de sed y de insolación. Buena idea la de hacer esas fotos.
No nos deja indiferentes y nos arrastra hasta el final. Un libro que nos hace pensar en intemperies personales y colectivas. Qué sed, qué hambre, qué sol tan fuerte y qué miedo...
Lo ha has expresado muy bien y sin concederte un respiro.
Besos, hablamos.
viernes, 18 octubre, 2013
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