jueves, junio 26, 2014

UN ADIÓS PARA ANA MARÍA MATUTE


 
La escritora Ana María Matute, premio Cervantes, Académica de la la Lengua, autora de grandes novelas como  Los abel, Pequeño teatro, Primera memoria, Algunos muchachos, Olvidado rey Gudú, por citar algunas, también  cultivó la literatura infantil. Dejo aquí algunos de sus párrafos, que los niños leen con entusiasmo porque supo adentrarse en su mundo. 


 El saltamontes verde.
 
...A primera vista, Yungo parecía un niño como los demás, pero los muchachos dejaban pronto de jugar con él, y las gentes no solían hablarle ni piderle nunca nada. Y es que  Yungo no tenía voz.....

 El aprendiz 

El aprendiz entró en la tienda. Estaba oscura y vacía, y empezó a barrer. Mientras lo hacía, bailaba, y al niño del carnicero le hizo tanta gracia que fue  a llamar  a sus hermanos pequeños; y todos bajaron en camisón y se sentaron en los peldaños de la escalera para verlo. 

Caballito Loco 

Caballito Loco se convirtió en un solitario y con nadie hablaba, salvo con los árboles y el viento, con las pequeñas flores, los pájaros y los brezos. El arroyo huía sustado de sus grandes ojos de oro, y los juncos de la orilla temblaban al verle. Dobĺándose unos sobre otros, decían:

-Pobre Caballito Loco

Paulina

Acababa de cumplir diez años cuando me llevaron con los abuelos, a la casa de las montañas. Primero hicimos un viaje muy largo, que duró cerca de tres días. Tuvimos que coger dos trenes, y al final ( después de tomar café con leche en una bar al lado de la estación, de madrugada , con un frío muy grande), llegó el autocar pintando de azul, que llevaba a las montañas.

Sólo un pie descalzo

Hace muchos años, tantos que no vale la pena de contarlos, existió una niña llamada Gabriea, que solía perder muy a menudo un zapato. Sólo uno, no los dos.
 
.....Gabriela comprendió que, para ellos, el "pie descalzo" podía ser la falta de un asa o de una tapadera; un desportillado en el borde o una grieta...
- Es verdad- dijo la Jarra de Leche, que según se veía, era la que seguía en autoridad a la tetera y, además, parecían  viejas parientas-. Mejor será que hablemos de nuestros recuerdos.¡Es nuestra única forma de volver a vivir!

El verdadero final de la Bella Durmiente

La leyenda acaba aquí. No hay detalles sobre lo que fue, en años siguientes, la vida del Príncipe Azul y la Bella Durmiente  y sus hijos Aurora y Día. Pero deben suponerse que, tal y como suelen terminar estas historias, fueron todos muy felices. Aunque la Princesa nunca más sería tan  cándida, ni el Príncipe tan Azul, ni los niños tan ignorantes e indefensos. 






  

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