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Un verano en Moscú |
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Un McDonald's en Moscú en el año de 1997 |
Después de
muchas peleas con los actores moscovitas, no tuve más remedio que
ceder y así la obra irreverente, alternativa y llena de transgresión
que escribí para demoler a Calderón de la Barca, se quedó en un
bodrio donde el sexo, mi protagonista principal, fue relegado al
último lugar y mis escenas de homosexualidad quedaron fulminadas.
Llegué a España, con un patriotismo que nunca hubiera sospechado en
mi persona. No podía imaginar que tantos años de comunismo hubieran
acabado con la libertad sexual. TEMBLAD FILISTEOS, temblad. En las
tierras frías de los Urales, el sexo está lleno de tabúes.
Con la vuelta de
mi padre, finalizó el verano y mi curso de natación . Mis
progenitores en plena reconciliación, se empeñaron en que yo
siguiera haciendo deporte. Como en el barrio habían abierto LOS
CHINOS, que en realidad eran coreanos, un gimnasio donde se
impartían clases de taekwondo, me apuntaron para fortalecerme. Yo
sentí que en realidad me querían tener muy ocupado para no
molestarles en sus arrumacos.
Con el pasar del
tiempo, todos los de la clase de sexto B crecimos y yo conseguí
convencer a Laura para que fuera mi novia y se olvidara del
tontaina que usaba aparato ortopédico y que presumía de ser mi
gran amigo.
Aquel día
decidimos celebrar nuestro aniversario en un restaurante chino de los
muchos que pululaban por el barrio. Quedamos muy sorprendidos al ver
al antiguo amor de Laura de camarero. Nos saludamos con cierta alegría y él nos sirvió una de las comidas chinas más exquisitas
que he comido, por su sabor tan especial.
A la mañana del
día siguiente, hojeando los periódicos descubrí, que en ese
mismo restaurante, el dueño del local había recibido un gran golpe
en los riñones. No pudo ser mi antiguo compañero. Él nunca acudió
a las clases de taekwondo.
Luz del Olmo
Etiquetas: Andarás perdido por el mundo., Lectura de la Acequia, Óscar Esquivias
5 Comments:
Cuando llegue abril, vamos a quedarnos un poco perdidos, y vamos a echar de menos a todos estos personajes que nos han acompañado en marzo.
miércoles, 23 marzo, 2016
La Plaza Roja es casi rosa, ya nada es como era en la vieja Rusia.
Te paseas por los cuentos y los enlazas. Los personajes saltan de uno a otro relato. Juegan a la tanga, al truque, empujando la piedra de una a otra cuadrícula, con el pie. A la pata coja.
Una buena síntesis. Lo que nos espera después del 31. Noches lúgubres.¡Qué haremos con estos amigos? Carmen ya nos avisa.
Besos, Luz.
miércoles, 23 marzo, 2016
¡Qué agradable me resultaron estas recreaciones de los cuentos de oscar!
Gracias por tus fotos, yo lo más ruso que tuve en mi vida fue a mi primer marido que era un filólogo moscovita.
Eso, sin contar mi abuela paterna ucraniana, de Odessa, que en su época
Era el imperio ruso.
Pero no he llegado a viajar allá y eso que te Go Moscú a 4 horas de avión, pero como no tengo ni familia ni amigos allá , nunca llegó a ir, quizás algún día!!!!
Ajjj ese Mac Donald. Yo los fulminante a todos, pura comida chatarra, con lo rica que es la Comida rusa!!!!
Besotes
jueves, 24 marzo, 2016
Esto sí es darle vueltas a los finales de los cuentos para generar otros... Una delicia.
jueves, 24 marzo, 2016
Hay que ver, cómo se mezcla tu memoria personal de esa Rusia fotografiada que ya va perdiendo color con la vivísima recreación de los cuentos. Muchas gracias.
viernes, 25 marzo, 2016
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