domingo, septiembre 11, 2016

11-S




¿Quién ha masacrado la luna de Nueva York? ¿Quién ha lacerado  la inexistencia del pájaro que voló en su altura inverosímil?  Y todo era gris aquella mañana tan llena de azules. El mundo atónito digería imágenes de ruina y barbarie. La bahía del Hadson, esponja gris, se hermanaba en su esmalte con el humo ascendente hacia un horizonte de duda y dolor. Un Manhattan que se consideraba eterno fue en este septiembre, el infinito  desolado y perdido en busca de unos ojos que hablasen de  guerras incruentas  o santas. Nunca nadie y menos un poeta, pudo imaginar aquellos gigantes de acero y cristal  vencidos por la irrealidad. Se acabaron los sueños de todos los hombres  en el preciso instante  en que en  la ciudad de la prisa, las razas y el color, no encontró las palabras, aún poseyendo todos los lenguajes.

Nunca más podré  ver mis  mariposa circunflejas que ese día, con lágrimas de amianto, lloraban el Nueva York a mis pies.


Luz del Olmo Veros
                                    11-09-2001

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