sábado, octubre 12, 2024

SILBOS DE MIRLOS

                                               



Silbos de mirlos 
estáis muy callados
en este cable. 
                                                 
                             

Viene el día y  cuando es  otoño salgo al jardín, para darme cuenta que estos pájaros con pico dorado   de plumaje negro en  machos  y pardo en hembras, en el ahora de mi escritura, han desaparecido  y me pregunto  si se fueron, porque ya no tienen comida  en los abundantes higos que dio la higuera, dejándome las huellas de su satisfecha comilona, por las piedrecitas blancas que cubren buena parte de mi siempre querido  oasis o  porque ya la parra de uvas blancas se han terminado en sus dulces racimos. Por todo ello pienso que han  emigrado  a otros lugares, buscando los insectos, larvas, gusanos ... y  según he leído, hasta algún renacuajo y rana pequeña. 


No,  en el río Jarama en su tramo por Velilla de San Antonio, no deben de estar, pues  no los  escucho  en mis paseos diarios por su ribera.


A decir verdad, los echo de menos en su insistente y bonito canto de flauta y de forma especial,  en las  primeras horas de esas mañanas  primaverales, cuando salía al jardín lleno de violetas en sus comienzos de estación, para seguir en el color morado de los lirios y lilas y  poder oler las rosas  rojas,  naranjas, amarillas,  rosadas, blancas.... y  también al  transitar  por las calles llenas de colorido, mientras observaba cómo  los diferentes pájaros y en especial estos mirlos,  se movían  por   el asfalto,  en las calles y aceras  con sus  saltitos pequeños buscado algo qué comer. 


Pasará el otoño con sus nostalgias y diferentes tonalidades en su camino hacia el invierno y yo no sé si estas aves migratorias que son los mirlos, llegarán  a ser sedentarias para quedarse con nosotros en los inviernos, como ya parece que está pasando en algunas ciudades y pueblos de Europa. 


De momento, en el lugar donde vivo, yo los estoy echando de menos en sus cantos que ya no oigo, ni los veo por las aceras, donde hace apenas unos meses, no se asustaban de mis pasos porque me gustaba contemplarlos en ese afán que tenían, de picotearlo casi todo. 


En otros tiempos ocupaban los bosques donde hacían sus nidos, pero ahora, también pueden hacerlos en nuestros pueblos y ciudades, ¿estarán perdiendo el miedo a los humanos?



(c) Texto y foto: Luz del Olmo Veros 





                     

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4 Comments:

Blogger Sor Austringiliana said...

Los mirlos no cantan ahora pero no se van.. Oirás su silbo ya en enero o febrero, su canto de amor...o de borrachera de bayas fermentadas.
"El mirlo sale por lo verde y nos hace la vida suficiente " (J. R. J.)
Besos

lunes, 14 octubre, 2024

 
Blogger Ele Bergón said...

Por lo que he leído por ahí, parece que ya no emigran, pero me llama la atención, el no verlos ahora por las calles y aceras, al menos por aquí, quizás por Burgos se sigan viendo.

Como siempre el gran JRJ, lo define muy bien con solo una frase. Gracias por dejarla por aquí.

Besos

lunes, 14 octubre, 2024

 
Blogger Pedro Ojeda Escudero said...

Los he visto, silenciosos y otoñales...

lunes, 14 octubre, 2024

 
Blogger Ele Bergón said...

Pedro, pues yo no los veo, al menos en los lugares habituales de esta primavera-verano, ya pasados.
Besos

lunes, 14 octubre, 2024

 

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