miércoles, diciembre 11, 2024

LA DISCUTIBLE SOLEDAD


                                          
                                                                             
La discutible soledad
en la que puedo ser
yo mismo.

Mario Benedetti.



Sentada en la terraza 
soy un balancín de ocio 
holgando de las dudas. 

La tarde se entretiene 
enamorando 
silencio y soledad.

Cercada en su zig-zag
me siento muy bien sola
¡no me hagas despertar!


No  voy a decir que soy una persona solitaria, porque esto no es así. Normalmente me complace  la compañía  de familiares, amigas y amigos. Y sin embargo, puedo confesar que en determinados días,  ratos, o momentos, prefiero estar conmigo misma, en especial cuando paseo por los campos de los sitios donde  resido. 

 
Me gusta el practicar  eso de el andar por andar,  en los lugares donde los caminos son de tierra y piedra,  para  ir observando, cómo a uno y otro lado de ese camino, van pasando las estaciones del año y dónde los horizontes, pueden verse allá a lo lejos,
acariciados por los cielos de  distintas tonalidades en sus grises y azules, siendo las nubes blancas sus  protagonistas, aunque también surquen en el cielo los pájaros tanto naturales como los artificiales, porque al estar muy cerca del aeropuerto, emiten sus diferentes ruidos, como así  también  pueden oírse,  los mugidos de las vacas, el cacareo de  gallinas, el silencio de las cigüeñas, el trote de los caballos o el rebuzno de algún que otro borrico que me saluda al pasar cerca de él, unido al ladrido de los perros con sus correspondientes amos. 


Sí, es el campo con sus horizontes,  lo que más me gusta pasear en la soledad de mi misma, porque puedo abstraerme y pensar   con frecuencia,  recordando los versos de   Lope de Vega con aquello  de: a mis soledades voy   y de  mis soledades vengo, aunque eso no me impida,  el ir hablando por el aparato que lo hace todo y nos tiene informados, embelesados, embrujados,  llamado móvil,  ya que nunca se aparta de nuestras manos o bolsillos, para  responder  al primer tono, aunque estemos disfrutando de los mejores paisajes. 


Es más, si algo nos llama la atención, lógico que lo queramos compartir, pero ahora, en este siglo XXI, la sociedad ha cambiado tanto.... que  es la inmediatez lo que nos está impulsando a dejar de lado, esos momentos donde la soledad,  deseada,  ya no  existe, pues nuestros  intereses han cambiado y    cada vez somos menos solitarios, surgiéndome la  duda de si ¿es  en apariencia o es una  realidad?  pues yo me pregunto: ¿estamos  más solos  que nunca? ¿ o es la inmediatez de contar, lo que nos impide esa soledad de la que escribe Mario Benedetti, para ser uno mismo?







(c) Texto y fotos: Luz del Olmo

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