NACÍ EN PRIMAVERA
Aquí dentro me quedaba yo lejana ya
para siempre la única primavera de mi vida.
José Luis Sampedro
El veintiuno de marzo de 1949, mi madre Nicolasa, a eso de la una de la tarde, según me han contado, trajo al mundo una niña, después de haber dado vida a tres varones y con nueve años de retraso, desde el último parto que tuvo.
Quizás sea la propia fecha de mi nacimiento la que ha podido influir, para que esta estación del año, sea mi preferida y aunque escriba estas líneas, en el otoño atmosférico del año 2024, incluido el mío propio y vital, es en esta época donde los días se van acortando en el mes de noviembre que nunca me ha gustado, para llegar después de una larga espera hasta la fecha de mi nacimiento, en el siguiente año y en especial por ver y sentir cómo la luz se va dilatando y deja atrás sin pausa ni mesura, las horas oscuras del otoño y el invierno, hasta llegar a ese sentimiento alegre y feliz, porque la claridad, en especial del sol, sin importarle los intereses varios, hace que la Naturaleza continúe en su empeño de caminar siempre adelante, con las imprescindibles rutinas del día a día, que transita a su propio compás, sin pedirnos permiso por lo que nos pueda ir sucediendo, a muchos y variados seres que habitamos este planeta Tierra, con nuestros propios ciclos vitales.
Ya en el camino desde el mes de febrero, las flores blancas y rosas de los almendros, nos lo van anunciando, en los campos de Castilla junto a otros lugares, donde los verdes, en sus diferentes tonalidades, empiezan a cubrir llanos, mesetas y laderas, para llegar hasta marzo y comenzar a sentir, en campos y personas, cómo el invierno lo vamos dejando atrás y los nuevos horizontes se amplían al compás de esa luz que tanto me gusta, para sentir de nuevo, que la primavera ha nacido y se quedará con nosotros por distintos tiempos, según la geografía del lugar donde nos encontremos.
Sí, en este ahora que se va acercando el invierno, deseo que pase pronto esta estación, con sus fríos y también con sus bellos paisajes nevados, para así llegar al estallido de esa estación primera del año, sabiendo que a veces camina despacio y otras, estalla de pronto envolviéndonos con su aire tan especial, para llenar por unos meses y no a todas las personas, de alegría y sin embargo, también para otras, que están más con los pies en la tierra que yo, con mucha incertidumbre.
(c) Texto y foto: Luz del Olmo Veros
Etiquetas: Luis Cernuda. Mis textos
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