viernes, noviembre 29, 2024

LUZ DE LUZ

 





Nacemos con la luz y  no en vano decimos que una mujer  da a luz o alumbra  un nuevo ser.  Por el contrario, cuando morimos, se nos va esa luz y no sabemos con toda certeza,  el dónde, el cuando y el cómo transitaremos  si nada o mucho, por esos  lugares  misteriosos  y desconocidos, pero sí   evocamos a las personas  que todavía no hemos abandonado esta Tierra que nos cobija, porque somos capaces  de   suponer, las posibilidades que  podremos encontrar  en ese " más allá", cada uno según su forma de pensar y  vivir  en este planeta donde  la única certeza, según el decir del pueblo, es la Muerte. 


En esta mi  ya larga   vida,  llevando el nombre  de María  Luz  que  mi madre se  empeñó en ponerme,   porque  no había ninguna persona que se llamase así  en el pueblo de Pardilla, ya que en aquellos años de la dictadura franquista  las mujeres, independiente de nuestro nombre,  siempre teníamos que  anteponer  el   famoso María.

Bien puedo escribir que siempre me he identificado con mi nombre, pues  indica  las luces tanto de la mañana como la de la tarde,  para subyugárme  de igual forma, amaneceres y atardeceres , notando que la oscuridad no me gusta nada. 

Sí madre, estuviste acertada con mi nombre y sus diferentes tonalidades  que van pasando a lo largo de los días con sus noches.

En el escrito de Cernuda que lo titula LA LUZ , hace referencia a esa luz que se apaga  cuando nos dice adiós nuestra propia vida, por eso, al leerlo  he recordado la mía y en ella llevo ya bastántes pérdidas en cuanto a la familia, amigos y amigas se refiere. Algunas esperadas como la  de mi progenitora, pues consigió llegar a sus 90 años y otras inesperadas como la de mi padre cuando  de forma repentina, nos dejó con tan solo ciencuenta y siete años. También  lo hizo mi hermano Evencio con veintitres y hace unos días  en noviembre de este año fatídico,  fue mi hermano Rafael quién se marchó con  91 años. Ahora solo quedamos los pequeños de la familia, Victoriano y yo.  

En el pasar de los días con su luz y las noches sin ella, mi camino poco a poco, se va quedando más solitario y  aunque el andar por él  también me ha traído nuevas amistades, junto a las que ya existian, vamos caminando entre luces y también episodios de oscuridad, en este pasar de la vida con su tiempo   que fueron creciendo conmigo, cómo bien lo dice mi admirado escritor Jorge Luis Borges, en su poema:    

         
                                    EL RELOJ DE ARENA

El tiempo, ya que el tiempo  y el destino
se parecen los dos : la imponderable 
sombra diurna y el curso irrevocable
del agua que prosigue su camino. 






(c) Texto y fotos:  Luz del Olmo Veros 
 





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