PARA JULIÁN
Sosegado y suave, lo que más admiro de ti, es la fidelidad que le prestas a tus principios.
Para aprender de tu sabiduría hay que detenerse, seguir tu ritmo y escuchar.
Hoy, aquí, sentada en el jardín de mi casa, oigo los sonidos que me gustan:
El movimiento de las hojas en la higuera, el poema de los pájaros, los bostezos de la gata y el lento caminar de la tortuga. Y eso es lo que aprendí de ti, a sentirme bien y en equilibrio, con las pequeñas cosas que me rodean y a luchar por todo aquello en lo que creo.
Soy tan ilusa como tú porque eres mi amigo y maestro, enseñándome un mundo utópico sin prisas ni ruidos, donde “nadie sea más que nadie”, respirando todas las personas unidas, respeto y auténtica libertad.
Por eso hoy, 8 de julio, quiero darte las gracias y decirte con permiso de tu entrañable Carmen, tu Cuchi, que te quiero y que espero sigas teniendo la buena suerte, de la que me hablabas hace unos días, en tu nueva andadura que ahora empiezas. Creo que te lo mereces.
Etiquetas: Julián Fernández de Quero, mis textos, Semblanzas
1 Comments:
Me uno a los buenos deseos de Luz.
Con tu huida quedó un gran vacío en el espacio de la amistad.
Gracias por estar ahí.
Ino.
domingo, 01 abril, 2007
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