LA SONRISA ROBADA
(c) Luz
A la joven alemana Edelgart Lambrecht y a su hermana Sigrid, una enfermedad genética que afectaba sus músculos, les robó la sonrisa y parte de su movilidad. Este mal, es muy posible que fuera agravado y propiciado, antes de tiempo, por la violencia a las que fueron sometidas ambas hermanas, al final de la Segunda Guerra Mundial, siendo víctimas inocentes, como tantas personas, de un bando y del otro.
En este caso José Antonio Abella, se detiene en la crónica particular de la familia Lambrecht , en su posguerra y la situación de dureza extrema que vivieron los vencidos alemanes. Para ello toma como referencia la bella historia real de amor entre el joven poeta español José Fernández Arroyo y la sensible, culta y enferma Edelgart.
Para narrarnos la historia con toda verosimilitud , el propio autor se introduce en la novela y nos va contando, paso a paso, todas sus investigaciones en los lugares, tanto alemanes como polacos, donde viven sus tragedias los personajes; inventando con bastante credibilidad, los sucesos donde faltan los datos , a la par que nos va dando a conocer sus propios sentimientos según va construyendo esta novela histórica, descriptiva y documental, no exenta de poesía.
Aunque la historia de amor romántico entre el poeta de Manzanares y la joven nacida en Stettin, es el motivo principal y motor de la escritura de la novela y la parte que más me enamora, intuyo que en realidad el autor y por su gran amistad con el protagonista, lo que nos quiere dar a conocer es esa otra visión, tan poco aireada, de cómo también los vencedores, en especial los rusos, ejercieron una inusitada y gratuita violencia con los alemanes en esta nuestra ¿ultima? Guerra Mundial.
Luz del Olmo
Etiquetas: Jose Antonio Abella, La Sonrisa robada, Lectura de la Acequia
4 Comments:
Pienso que se encontró con esta historia de crueldad y no quiso y no pudo ocultarla, como él dice: un horror no borra otro horror, se acumula.
Besos.
martes, 20 enero, 2015
José Antonio Abella nos gustó mucho a todos, nos quedamos con ganas de más. A ver si pillo otra novela suya, para devorarla como esta.
La joven nacida en Flensburg era un buen material de partida que el escritor supo aprovechar.
Sigue en el XIX y yo en el XVIII, ya has visto a mi Rosita, qué perla. Ya sabes el archivo, se destruirá en mi último día. De Burgos, eso sí.
Besos
jueves, 22 enero, 2015
La joven que vivía en Flensburg era un buen punto de partida...corregido.
Nacida en Stettin, ciudad alemana que pasó a ser polaca con el nombre de Szcecin. Allí donde juegan los niños en sillas de ruedas, ahí nació Edelgard.
Pensé una cosa y puse otra.
Besos, Luz.
jueves, 22 enero, 2015
Estremece la situación de dos adolescentes inmersas en un conflicto social y humano.
Besos
martes, 27 enero, 2015
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