UN ADIÓS, PARA JULIÁN FERNÁNDEZ DE QUERO
Esta mañana me levanto en el lugar de mi confinamiento y se me ocurre mirar Facebook. Ha sido grande mi sorpresa al leer la triste noticia: Ha muerto por coronavirus el activista contra la violencia de género, Julián Fernández de Quero.
En principio, como suele ocurrir en estos casos, no te lo puedes creer, pero poco a poco, aunque cuesta, te vas haciendo a la idea.
Julián fue una persona importante en mi vida, tanto personal como profesional. Fue mi maestro, mi guía, mi amigo. De él aprendí tanto.... a conocerme a mi misma, a encauzar mis caminos, a saber discernir lo que importa y lo que no.
Él era especial, auténtico, sin dobleces, siempre fuerte y libre , sin estridencias, por eso hoy, somos muchas las personas que nos sentiremos huérfanas, como su Carmen y sus hijos, hijas y nietos...que imagino llenos de dolor.
No es la primera vez que le dedico unas palabras en este blog. Ya lo he hecho en otras ocasiones y quiero dejarlas, de nuevo aquí:
Cuando te escribo, pienso que eres la brisa fresca de una mañana de julio.
Sosegado y suave, lo que más admiro de ti, es la fidelidad que prestas a tus principios.
Fuerte y quimérico, estás lleno de molinos de la Mancha que te vio nacer, a los que sé no vas a renunciar, por mucho que te jubiles.
Para aprender de tu sabiduría, hay que detenerse, seguir tu ritmo y escuchar.
Hoy, aquí, sentada en el jardín de mi casa, oigo los sonidos que me gustan: El movimiento de las hojas en la higuera, el poema de los pájaros, los bostezos de la gata y el lento caminar de la tortuga.
Y eso, lo que aprendí de ti, a sentirme bien y en equilibrio con las pequeñas cosas que me rodean, y a luchar por todo aquello en lo que creo.
Soy tan ilusa como tú, porque me ensañaste a serlo, dándome a conocer tu mundo utópico, sin prisas, sin ruidos, donde "nadie sea más que nadie", para llegar a respirar todos y todas, respeto y una auténtica libertad y eso lo vamos a conseguir, insistías con determinación.
Son muchas y muchos a los que has formado en tu filosofía de vida y luego, nosotros hemos sembrado en otros, que a su vez enseñan y enseñarán a muchos más.
Te quiero y aunque te fuiste, en la mañana del 30 de marzo del tristemente famoso año 2020, recuerda, que nunca te voy a olvidar.
(c)Luz del Olmo
(c) Foto hecha en Campo de Criptana por María Ángeles Merino Moya el 1 de mayo de 2016
Etiquetas: Julián Fernández de Quero, Semblanzas
4 Comments:
Nos hacen falta ilusos así. Que la tierra le sea leve. Un abrazo, Luz.
miércoles, 01 abril, 2020
Un hermoso homenaje a tu maestro. Piensa que no se ha ido del todo, pues dejó en ti su huella.
jueves, 02 abril, 2020
Abejita, ya lo digo, él era tan especial...
Besos
martes, 07 abril, 2020
Carmen, su huella siempre estará conmigo, eso lo sé y me reconforta.
Besos
martes, 07 abril, 2020
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