CUANDO TOCAN LAS CAMPANAS.
Creo que una sola vez me he subido al campanario y de eso hace tiempo. Ya me explicó Pablito, nuestro campanero de siempre, que la escalera de madera estaba algo peligrosa, por ello era mejor ir con mucho tiento y cuidado. No obstante, creo que al final, me dio algo de miedo y no llegué hasta el campanario, pues me volví al oír cómo crujía la madera en sus estrechos escalones.
Eso fue hace ya unos cuantos años. Yo he envejecido y mientras las campanas siguen ahí, para anunciarnos a los vecinos de Pardilla, las fiesta importantes, porque su repiqueteo es muy alegre con campanillos incluidos y sin embargo, cuando algún vecino del pueblo, ha fallecido, las campanas tienen ese tono triste y monótono que nos indica las desgracias y de este modo, estas campanas que presiden la parte alta del pueblo, nos van anunciando las alegrías, tristezas e incluso peligros que puedan suceder en Pardilla y aunque hoy en día, estamos más comunicados que nunca, estos restos aún quedan de lo que funcionó durante muchos años y todavía perviven, para recordarnos si hay tormentas, airones, incendios... pero también para anunciarnos las bodas, bautizos o días de fiestas muy especiales, aunque es obvio que existe una realidad, de cómo los ya imprescindibles móviles, van sustituyendo a todo o casi todo y sin embargo, nos gusta oír esos sonidos tan distintos que producen estas campanas y ¿si un día nos quedamos sin cobertura y nos llega el apagón digital? ¿Qué podemos hacer?
En Pardilla sí sabemos que las campanas seguirán resistiendo cómo así lo han hecho durante siglos y aún todavía perviven y nos alegra, cuando los domingos Pablo, se sube al campanario y toca con todo su entusiasmo para indicarnos que ellas, las dos campanas y los campanillos, están ahí, para ayudarnos, interpretando los sonidos combinados en su lentitud o ligereza en la forma de sonar.
(c) Fotos y texto:Luz del Olmo Veros
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home