viernes, abril 26, 2019

33 AÑOS DEL ACCIDENTE DE CHERNOBIL


AIRE: Pasaban cuatro segundo de la una y veintitrés de la noche del viernes 25 de Abril de 1986, cuando me vi bruscamente invadido por el fuego.

AGUA: El núcleo del reactor número 4 de la Planta de Energía Atómica Chernobil se recalentó convirtiéndome en vapor; atrapado en las cañerías como un gigante de una jaula de pájaros, las reventé  y produje una explosión extraordinaria; al caer sobre mi la grúa de 200 toneladas que los hombres diseñaron para  cargar el combustible y que en el aquel preciso instante no podían dominar, me mezclé con el circonio de los tubos que lo contenía produciéndose, con tanta alta temperatura, hidrógeno; mientras  se combinaba con el oxígeno del aire, provocando más de 30 incendio, los bloques  de grafito del núcleo comenzaron a arder liberando una gran nube de productos radiactivos. 

FUEGO: Yo nunca me vi dominado; lo confieso ahora, después de la destrucción; durante 14 días ardí sin mesura y muchos de los hombres que intentaron apagarme murieron en el empeño; querían enterrar los indicios que demostraban el robo, la ominosa acción de Prometeo que les llevaba a la muerte. 

TIERRA: Para aplacar tu ira y que no me reventaras construyendo un túnel por debajo del núcleo y cubrieron tus ojos de poseído con toneladas de arenas y otros materiales.  

Este es un pequeño fragmento del poema LA ESPIRAL IVISIBLE, que escribió Felipe Ángel Rodriguez, años después de la catástrofe ocurrida en CHERNOBIL   y que el grupo ANTARES escenificamos en los Centros Culturales de Velilla de San Antonio y de Rivas Vaciamadrid, haciendo hablar a los cuatro elementos.

La foto está tomada en el río NËMAN de Bielorrusia, hasta donde llegó la contaminación radiactiva y donde tuve a bien, darme un pequeño baño, acompañado a mis amigas de esta zona. 



 

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6 Comments:

Blogger La seña Carmen said...

Chernobil hizo realidad nuestros temores aunque nos quedaran lejos.

sábado, 27 abril, 2019

 
Blogger isabel said...

Pues yo no sabía nada del Chernobil, pero 33 años después cuando lo he sabido me he quedado de piedra y cornsternada ante esta triste tragedia.

martes, 30 abril, 2019

 
Blogger lavelablanca said...

¡Qué tremendo! Sentirse aire, agua, fuego y tierra en aquellas circunstancias.

Estamos andando sobre plataformas aupadas de la tierra por pilares tecnológicos, cuyos efectos se nos escapan. ¿Terminarán dominándonos, es decir, eliminándonos?

Una fisión que funde esperanzas.

Abrazos.

viernes, 03 mayo, 2019

 
Blogger Ele Bergón said...

Carmen, los temores con demasiada frecuencia, al final se van cumpliendo y eso que el miedo nos va a visando, pero muchas veces, le quitamos importancia.

Isabel, nunca es tarde para aprender, lo importante es tener el deseo de hacerlo y ya veo que tú lo estás haciendo. Me alegro mucho.

Ignacio, el poema es muy emotivo y en la representación del mismo, el público se quedó sobrecogido porque impacta, pero más impactante es la realidad de lo que pasó y que nunca tuvo que pasar. Sus tierras contaminadas lo estarán por, al menos, 200 años.

Me gusta tu última frase, y en especial, para tenerla muy en cuenta.

Besos a los tres.

martes, 07 mayo, 2019

 
Blogger fernando said...

Perdona Luz, no me dejaba en mi ordenador iniciar sesión con mi correo y lo hemos tenido que hacer con el correo de un amigo de Fernan Nuñez Fernando Moreno. Aun así Miles de Gracias, eso me llena de satisfación plena...ISABEL VALENZUELA

jueves, 09 mayo, 2019

 
Blogger Abejita de la Vega said...

Chernóbil marcó un antes y un después. Es bueno recordarlo de vez en cuando, como toque de atención. Vuestra representación cumple ese objetivo.

Loa animales salvajes viven sanos, al parecer, en el recinto prohibido. El hombre puede ser mayor amenaza que la radiación.

Besos, el río estaba limpio,comprobado.

sábado, 11 mayo, 2019

 

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