miércoles, abril 08, 2020

DIENTES DE LEÓN.



De Pedro Ojeda Escudero, nuestro profesor de las Lecturas de La Acequia, aprendí que estas flores amarillas,  se llamaban: dientes de león. Por  mi pueblo y en esta época,  crecen en las eras  y praderas, pero yo siempre las llamé: dolor de cabeza

Alguien en mi infancia dijo,  que no era bueno cogerlas, porque después te daban este tipo de dolor, pero lo que tampoco sabía, porque nunca me lo explicaron,  que al  terminar de florecer,  se vuelven blancas y  vaporosas. Yo entonces las daba el nombre de pintauvas,  porque yo las veía en los campos, allá por finales de agosto, cuando las uvas comienzan a madurar. 

Me gustaban cuando las tocaba y se deshacían entre mis manos.   
Esta mañana las he visto juntas y me  he acordado de ese refrán que dice: Todo lo que empieza acaba. 

Esperemos que más pronto que tarde, podamos pasar los días acariciándolos con nuestras manos,  porque somos   los verdaderos  dueños  de sus minutos.

(c) Texto y foto Luz del Olmo


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1 Comments:

Blogger Sor Austringiliana said...

Los humildes dientes de león, quéala fama tienen. En mi infancia se me decía que los niños que los cogían se meaban en la cama, de ahí su segundo nombre de meacamas o pisenlit en francés. Son diuréticos eso sí, aunque no sé de nadie que los tome en infusión.
Los dientes de león pasan a ser villanos o abuelitos". Los niños soplábamos para que volarán mientras pedíamos algo al "abuelito,.
Su amarillo es un regalo para la vista, en medio de un campo verde. Ansias de Campo. 😘

jueves, 09 abril, 2020

 

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