SEGUIMOS EN EL CONFINAMIENTO
EL DIARIO
16 de abril. Terminé la escalera con la cual subía encima de la empalizada, y luego tiraba de ella y la colocaba en el lado interior. Era recinto perfecto para mí, puesto que dentro tenía espacio suficiente, y nada podía llegar hasta mí desde fuera a menos que pudiera escalar primero el muro.
No tuvo mal día Robinson Crusoe, ese 16 de abril de 1707-8? Lo peor vino al día siguiente, pero él tenía suficiente inteligencia para adaptarse a las situaciones nuevas e imprevistas, como todas las personas que estamos soportando este confinamiento que nos han impuesto, porque peligra nuestra salud, pero a cambio de ello, nos han quitado, nuestro bien más preciado: La libertad.
Etiquetas: Robinson Crusoe. Mis textos
2 Comments:
La libertad está también mucho en nuestro interior, pero a menudo se nos olvida.
sábado, 18 abril, 2020
Carmen, es verdad que la libertad está en nuestro interior, pero no siempre es suficiente con ello. Al menos para mí.
Besos
lunes, 20 abril, 2020
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