jueves, julio 26, 2018

NUBES DE MAGRITTE EN CALERUEGA- BURGOS

Iglesia de San Sebastián, donde  nos encontramos  con un bautizo a  una niña ya crecidita. La pila bautismal, románica, no la pudimos ver muy bien.
    
 Vistas desde El Torreón del sigloXI , donde las nubes de Magritte no pararon de acompañarme en todo el día.
 
 
 



Familia de Santo Domingo de Guzmán : Su padre, el Venerable Félix Núñez de Guzmán, Santo Domingo de Gúzman, su madre Santa Juana  de Aza , su hermano El beato Manés  y su otro hermano, Antonio


 El Pocito de Santo Domingo de Guzman con una historiada fuente de la que bebí dos vasitos de agua, pidiéndole un milagro al santo  y que parece ser,  allí había nacido este santo.




  Mueble  de madera con muchos cajones pequeños y gavetas, adornado  de distintas formas, al estilo de los que construían en Bargas ( Toledo), utilizado por los escritores y que encontré en un museo  del Monasterio de Caleruega, que responde al nombre de bargués.




 Vestidos de doña  Leonor , la hija de Alfonso X el Sabio que era muy alta para su época. Murió fuera de España, donde fue a buscar marido y no lo pudo encontrar a su medida.

                                  Talla de la Virgen embarazada



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jueves, julio 05, 2018

EL PISITO - RAFAEL AZCONA





Puede que allí, en el Barrio de la Alegría, donde yo pasaba mis vacaciones de Semana Santa, porque eran cortas y mejor no ir y volver hasta Pardilla, después de convivir algo más de medio curso, con las monjas agustinas en pleno barrio de Salamanca; puede que allí , repito, en este mísero barrio a las afueras de la ciudad, varias veces me cruzara con alguna Petrita, que vivía con su hermana Rosa, el marido de esta , guarda urbano comilón, bebedor y tripudo, que junto a su numerosa prole, habitaban en alguna de las incontables casas bajas, de este barrio con calles en pendiente y embarradas, por donde bajaba el agua con un color muy especial, entre gris y azulado, porque hasta allí, no habían llegado las alcantarillas y el agua clara, para poder beberla, se llenaba con un botijo en la fuente. Quizás por eso, yo veía en mi trotar de cuestas, cómo las mujeres lavaban los cacharros y la ropa en el triste e insólito arroyo, donde existían pocos árboles y demasiada miseria.

No es de extrañar que cualquiera de las Petritas de entonces que por allí transitaban, en este barrio periférico y otros muchos que rodeaban la ciudad de Madrid, buscase con ahínco a un Rodolfo, bueno y calzonazos, rondándole el hambre a todas horas, con un empleo donde un jefe le explotaba en su trabajo de lo más variopinto, un día sí y otro también; para que las liberara del infierno donde andaban metidas y soñaran con ese pisito que tanto costaba encontrar en la capital de España allá por los años 50 y 60 del siglo pasado. 

En principio y visto desde nuestra actualidad, parece algo disparatada la idea del casamiento de Rodolfo con la octogenaria doña Martina, pero hay que verse en los estados límites, para que la imaginación llegue a lo surrealista e insospechado. Es la propia necesidad y el ansia de salir de las miserias que la vida nos tiene reservadas, la que nos lleva a desear una tragicomedia, con un sabor a ironía ácida, como es esta obra tan genial del gran Azcona. 

Y aunque no os lo creáis, sé de lo que escribo, porque yo acabé con mis dieciséis años y con mi título de bachiller superior recién sacado, por las calles de Madrid, en especial el céntrico Barrio de Bilbao, sola, yendo por las casas, piso a piso, puerta a puerta, como vendedora de perfumes, porque tenía que sobrevivir en tiempos de la dictadura franquista, donde cada uno hacia lo que podía y le daban de sí sus entendederas.

 (c) Luz del Olmo 
 



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domingo, julio 01, 2018

ATARDECER



Atardecer ,
en Campos de Castilla.
Es lontananza.
                                                
                                            
* Para Pedro Ojeda que al leer su entrada Anochecer rojo.
Me inspiró este haiku. 

(c) Foto y texto Luz del Olmo

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