domingo, abril 23, 2023

DIA DEL LIBRO 23 DE ABRIL 2023


Siempre  me gustó leer, de tal forma, que cuando era pequeña y aprendí a hacerlo, me regañaban por esta causa, ya que cómo no tenía acceso a ningún libro, pues en el pueblo donde nací, no había biblioteca ni pensamientos de formarla,  me era imposible practicar este  aprendizaje de la lectura, por ello, si veía cualquier papel tirado en el suelo, generalmente de  algún periódico, lo cogía  aunque estuviese manchado e intentaba leerlo, con lo cual  la  regañina era bastante dura, similar al deseo que me  impedia seguir leyendo. 

Con el tiempo, fui conociendo algunos libros, entre otros,  un viejo Quijote que no sé  el porqué, andaba guardado por mi casa y así fue cómo leí  algo de aquel extraño libro, que no acababa de comprender. 

Al llegar a los  once años, tuve la fortuna, o no, según se mire,  de aterrizar en Madrid en un colegio de monjas y allí  empecé a  tragarme los libros, uno detras de otro. 

Por otra parte,  cuando  iba a visitar a mi tia Cayetana, que era la cocinera de una casa que todavía existe en la  calle Ferraz, donde no recuerdo el número, pero sí su amplia biblioteca, porque  allí me metía y leía sin ningún tipo de censura, pues nadie iba a visitarme, solo mi tía para cecirme que era la hora de comer.  Y de esta forma,  mi afición a la lectura,  se  ha ido incrementaba con el día a día. 

Hoy 23 de abril de 2023, sigo leyendo y ahora ando metida en dos lecturas contemporáneas en sus autores, pero distintas en su temática:

De Luis Cernuda, dejo este poema:


Yo fui.

Columna ardiente, luna de primavera,

Mar dorado, ojos grandes.


Busqué lo que pensaba;

Pensé, como en el amanecer un sueño lánguido,

Lo que pinta el deseo en días adolescentes.


Canté, subí,

Fui luz un día

arrastrado en la llama.


Como un golpe de viento 

que deshace la sombra 

Caí en lo negro,

En el mundo insaciable.


He sido. 


 No acostumbro a leer dos libros a la vez, pero en estos días, junto a Cernuda también leo a  María Zambrano en su libro: Los sueños y el  tiempo, libro que me ha  costado mucho el conseguirlo y por eso es casi como una joya para mí.

Dejo algunos párrafos de  donde voy  leyendo:

No existiría el soñar si la vida no fuera esencialmente sueño. Si no viniésemos del sueño y si vivir no fuese ir despertándose, si la humana acción no estuviese dada por sucesivos despertares.....


No existiría  el soñar si al entrar bajo el sueño el sujeto se adaptara por entero a esa situación yacente, pasiva, si pudiera en verdad hacerlo, si esa situación yacente no fuese contraria a la vida.


Dormir es regresar. Volver a la situación prenatal, a estar inmerso dentro de algo inmenso, oscuro, invisible, volver a la inicial ceguera, a la congénita invalidez; a respirar, función primaria del viviente, no fuera sino dentro de algo........


 




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miércoles, abril 19, 2023

EL SOLITARIO- CONCHA MÉNDEZ


                                                                
Camino solo.
Un árbol solitario,
te ve pasar.

Después de leer  por  dos veces, el  teatro  El solitariode Concha Méndez  y detenerme en las entradas hechas por M ªÁngeles Merino Moya, Pedro Ojeda Escudero y Carmen Ugarte García, donde con gran precisión analizan esta obra, me surge el haiku de la foto, para más tarde pensar,  cómo todas las personas,  de una u otra forma, estamos solas en el camino,  pero  también,  podemos sentirnos muy acompañadas,  por los retazos  que nos dejan las soledades compartidas,  al irlas encontrando, en los  diferentes senderos de nuestra vida.

En la primera lectura de El Solitario,  recordé al amigo y contemporáneo de  la autora  y  gran  poeta del 27, Luis Cernuda  por su inolvidable  poema:  Soliloquio del Farero que  aquí os  dejo. 

                                                SOLILOQUIO DEL FARERO

Cómo llenarte, soledad,

sino contigo misma.


De niño,  entre las pobres guaridas de la tierra,

Quieto en ángulo oscuro,

Buscaba en ti, encendida guirnalda,

Mis auroras futuras y furtivos nocturnos,

Y en ti los vislumbraba,

Naturales y exactos, también libres y fieles,

A semejanza mía,

A semejanza tuya, eterna soledad.


Me perdí luego por la tierra injusta

Como quien busca amigos o ignorados amantes;

Diverso con el mundo,

Fui luz serena y anhelo desbocado,

Y en la lluvia sombría o en el sol evidente 

Queria una verdad que a ti te traicionase,

Olvidando en mi afán

Como las alas fugitivas su propia nube crean


Y al  velarse mis ojos 

Con nubes sobre nubes de otoño desbordado

La luz de aquellos días en ti misma entrevistos,

Te negué por bien poco;

Por menudos amores ni ciertos ni fingidos, 

Por quietas amistades de sillón y de gesto,

Por un nombre de reducida cola  en un mundo fantasma,

Por los viejos placeres prohibidos

Útiles solamente  para el elegante salón susurrado,

En bocas de mentira y palabras de hielo.


Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona

Que yo fui,

Que yo mismo manché con aquellas juvenines traiciones;

Por ti me  encuentro ahora, constelados hallazgos,

Limpios de otro deseo,

El sol, mi dios, la noche rumorosa,

La lluvia, intimidad de siempre,

El bosque a su alentar pagano,

El mar, el mar como su nombre hermoso;

Y sobre todos ellos,

Cuerpo oscuro y esbelto,

Te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,

Y me das fuerza y debilidad

Como el ave cansada los brazos de la piedra.


Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,

Oigo sus oscuras imprecaciones,

Contemplo sus blancas caricias;

Y ergido desde cuna vigilante

Soy en la noche un diamante que gira diviertiendo a los hombres,

Por quienes vivo, aun cuando lo los vea;

Y así, lejos de ellos,

Ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,

Roncas y violentas  como el mar, mi morada,

Puras ante la espera  de una revolución ardiente

O rendidas y dóociles, como el mar sabe serlo

Cuando toca la hora de reposo que su fuerza  conquista,

Tú, verdad solitaaria,

Transparente pasión, mi soledad de siempre,

Eres inmenso abrazo;

El sol, el mar, 

La oscuridad, la estepa,

El hombre y su deseo,

La airada muchedumbre,

¿Qué son sino tú misma?


Por ti, mi soledad, los busqué un día:

En ti, mi soleldad, los amo ahora.



Este libro de Luis Cernuda,  me lo regalaron hace poco tiempo  y me está sirviendo para volver a leer y reeler  su obra, a la que me llevó  Concha Méndez, en la Lectura de la Acequia, 
por esa soledad que dice Mario Benedetti, en sus versos:

La discutible soledad

en la que puedo 

ser yo mismo. 

(c) Luz del Olmo


 

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martes, abril 18, 2023

UN PASEO POR CARABAÑA-MADRID

                                                                                                              Para mis queridos Julio y Esther


El sábado pasado,  un buen día de primavera, decidimos hacer una pequeña excursión al pueblo de Carabaña. 

Ya  en la carretera, observamos todos los campos verdes y los almendros con sus hojas. Nada queda ya de sus flores algo rosas y en especial blancas. Llegado su tiempo, aparecerán los almendrucos. Campos de olivos y alguna que otra viña se extendían en la planicie. 


Llegamos a nuestro destino y observamos cómo a los  árboles de muchos años, les habían cortado todas  las ramas. No sé si será bueno o malo el dejarlos tan mochos. 


Allá a lo lejos, se ve una casa blanca. Pregunto a Julio por ella y me contesta,  que posiblemente era una ermita, pues parece ser, que en este pueblos hubo en sus tiempos, más de una.


Las calles empinadas con casas blancas, se van sucediendo, porque es un pueblo que parece del sur, del sureste de Madrid, claro está.


Algunos viandantes caminan paseando a los perros, en esa hora, de calles desiertas y también se ven,  alguna que otra casa vieja y descuidada por los años.


En su subida a la plaza, hay un palacio, el llamado Palacio del Virrey, creo que ahora es una Residencia de Ancianos 


Las puertas verdes y claveteadas, me recordaban a las de otros pueblos, en especial los de Castilla la Vieja.


Las calles ostentaban sus carteles correspondientes. Me llamó la atención esta que se sitúa a la orilla de la Iglesia, dedicada al  Padre Morata.
.

Y en n  esta placa se puede leer: 
                        EN ESTA CASA NACIÓ 
                        EL 20 DE FEBRERO DE 1886  
                        EL M.I. RVDO. P. MORATA 
                        MARTÍNEZ  AGUSTINO 
                        ESPECIALISTA  EN LENGUAS  
                        Y COSTUMBRES SEMÍTICAS.
                                                   



Con su sol y  sombra parte de la iglesia de la Asunción de  Nuestra Señora, en su fachada principal.
                    



La Torre de la  Iglesia de  La Asunción de Nuestra Señora.
 
                                                      
      Andando por las calles solitarias

                                                            
Casas blancas y coches  aparcados por todas partes.

               
          La fuente que no cesa de manar.  De todos es bien conocido, el agua de Carabaña.

                                   

El Ayuntamiento de Carabaña
                                     


Una columna romana o ARA ROMANA en una esquina de la plaza  de  España



                                                            
       Seguimos en la Plaza de España 


Y uno de los muchos bares que hay en Carabaña y que la última vez que fuimos , no lo habían abierto. Me llamó la atención el que lo llamaran DONDE ADRI. Los de mi  tierra, conocen muy bien este nombre.


Julio,  me hace este comentario para añadir más información sobre Carabaña y os la dejo por aquí:

El ara romana tiene una inscripción: "SATVRNINVS PRO SALVTEC CLODII QUINTILIANI"

En el pueblo  hubo hasta 9 ermitas, por lo visto. La de Santa Lucía, al lado del río, empezó siendo un tempolo romano dedicado a Diana. 

Y las aguas de Carabaña se vendían originalmente como" aguas purgantes". Descubiertas por un farmacéutico que tenía su negocio en Antón Martín. Supongo que eso ayudó a que se popularizaran.



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lunes, abril 10, 2023

EL TIEMPO CAMINA EN SILENCIO


 

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