miércoles, octubre 18, 2017

AVENTURARSE PERDIENDO- MARÍA DE ZAYAS Y SOTOMAYOR




….yo os quiero, no tan sólo
desde el día que os vi, sino antes;


Le dice Jacinta a su enamorado Félix y es que antes, en los sueños del dormir, ya lo había conocido, quedándose, profundamente enamorada.

Leo Aventurarse perdiendo, la primera novela corta de María de Zayas y Sotomayor de su libro Novelas amorosas y ejemplares y pienso mientras leo, que doña María debía saber, más que algo, sobre las penas y alegrías que conlleva el enamoramiento que da paso al amor o la ruptura.

Fue la entrada de Mª Ángeles Merino Moyaen su blog de La arañita campeña, la que me llevó a querer introducirme en lo escrito por esta poeta y novelista del Barroco español. Me pareció muy sugerente ese enamorarse por los sueños y ¿qué es sino igual cosa el propio enamoramiento? Un sueño.

Los hombres y mujeres imaginamos a la persona amada hasta convertirla en la causante de nuestros desvelos, pesares, júbilos y contentos , transformándolos en realidades que nos colman en los días y sus noches, inundando nuestros pequeño universo, donde la desazón y  sinrazón, se va llenando de oxímoron  en una imparable  cascada de sentimientos y emociones. Doña  María lo describe y escribe muy bien, en el ya famoso soneto que intercala en la novela

Amar el día, aborrecer el día,
llamar la noche y despreciarla luego,
temer el fuego y acercarse al fuego,
tener a un tiempo pena y alegría;
estar juntos valor y cobardía,
el desprecio cruel y el blando ruego,
temor valiente, entendimiento ciego,
atada la razón, libre osadía;
buscar lugar en que aliviar los males,
y no querer del mal hacer mudanza,
desear sin saber qué se desea;
tener el gusto y el disgusto iguales,
y todo el bien librado en la esperanza:
si aquesto no es amor, no sé qué sea.

Mas el amor todo lo enreda y los celos lo enturbian más. La enfermiza posesión, sin recato ni medida, y, algunas historias de este sueño que comienza, tienen un amargo despertar. En especial si los otros se introducen y quieren ser los protagonistas, de ese sueño que empezó en las sombras de la noche.

Cuando ya el enamoramiento, convertido en amor, es algo verdadero, las distancias y los envites lo hacen aún más fuerte al dejarlo en libertad. Y  son los sueños, los que vuelven a traer las lágrimas y el penar en la tristeza.

Mas el tiempo cicatriza las heridas y Jacinta puede escribir este soneto:

En el claro cristal del desengaño
se miraba Jacinta descuidada,
contenta de no amar sin ser amada,
viendo su bien en el ajeno daño.
Mira de los amantes el engaño,
la voluntad, por firme, despreciada,
y, de haberla tenido escarmentada,
huye de amor el proceder estraño.
Celio, sol desta edad, casi envidioso
de ver la libertad con que vivía,
esenta de ofrecer a Amor despojos,
galán, discreto, amante y dadivoso
(reflejos que animaron su osadía),
dio en el espejo y deslumbró sus ojos.
Sintió dulces enojos,
y, apartando el cristal, dijo piadosa:
«Por no haber visto a Celio fui animosa.
Y aunque llegue a abrasarme,
No pienso de sus rayos apartarme».

Y otra vez  la mujer,  enamorada de Celio, puede quedar envuelta en ese sentimiento tan dispar que es el amor, y con él, surgen  de nuevo,  los celos y sus engaños, para traer entre lágrimas, las desdichas y pesares. 

Por ver si acaban sus tristezas, la enamorada Jacinta,  se las cuenta a un desconocido, porque necesita  llegar a sentir  de nuevo,  el sueño que un día  fue capaz de llevarla, hasta las cimas del amor .


Luz del Olmo



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martes, octubre 17, 2017

UN HAIKU PARA EL ENEBRO DE PARDILLA

(c) Foto Javier Vaquero Rodríguez

                                             En el enebro 
                              El sol se desvanece.
                              Siento su adiós.

(c) Luz del Olmo

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jueves, octubre 05, 2017

MARÍA DE ZAYAS Y SOTOMAYOR





Si Faetón por atrevido


llegó a la región del Sol,


aunque muera despeñado


he de seguir a Faetón.


Si os preciáis de ser cruel,


advertid que es el rigor


muy impropio a una deidad


pues merece adoración.


La culpa de ser tan linda


disculpa mi pretensión


que nadie puede miraros


sin quedar loco de amor.


Perdido estoy y contento


de ver, señora, que son


esos rayos que me abrasan


causa de mi perdición.


Culpa fuera no serviros,


pues ya nacimos los dos


vos para ser dueño mío


y para adoraros yo.
                                            La industria vence desdenes
Mariana de Carvajal y Saavedra


 
Como ando un poco liada con unas cosas y  otras, la verdad es que no tengo mucho tiempo para leer con sosiego  las novelas Amorosas y ejemplares de Doña María de Zayas y Sotomayor, autora de este mes para  el club de lectura de La Acequia.

Recuerdo haber intentado leer El prevenido engañado y me pareció bastante espeso. En estos momentos, no soy capaz de meterme en los escritos de doña María.

Por no faltar a la cita, he hecho una breve consulta por Internet sobre la poesía que escribe María Zayas y Sotomayor  y veo que hay bastantes páginas  que se pueden descargar en PDF . En una de ellas 

http://www.uhu.es/revista.etiopicas/num/07/art_7_6.pdf, 

 Benito Quintana  de la University of Hawaii at Mānoa dice   de su poesía  que " .. ..a pesar de que ésta no es de una calidad estilística particularmente memorable, los paisajes poéticos intercalados en las obras narrativas de los Desengaños amorosos cobran relevancia cuando se analizan  narratológicamente  y se presta especial atención  a la focalización de los personajes. .......no son una adición caprichosa  sino que cumplen una función que enriquece el texto ..."



No todos están de acuerdo en su calidad estilística, porque para otros como  el historiador y crítico literario José Luis Alborg: " Doña María de Zayas maneja también  el verso con notable habilidad y a la menor ocasión, interrumpe el relato para dejar constancia  de su  afición poética; con demasiada frecuencia, probablemente" - añade- y resalta  lo que escribe PfandI, muy poco amante de doña María, " Las canciones de amores, de galanteos, de  celos y de quejas no acaban nunca" . 

La edición que yo tengo en papel  se titula Entre la rueca y la pluma. Novela de mujeres en el Barroco, escrita por  Evangelina Rodríguez Cuadros y Marta Haro Cortés, en Biblioteca Nueva,  del año 1999. La acompañan en el libro Leonor de Meneses y Mariana de Carvajal, donde compruebo que  las dos autoras también introducen   poesía en sus  novelas. 

Este libro lo guardo con mucho cariño  pues me lo regalaron la féminas de la biblioteca de Mejorada del Campo,  por mi colaboración  en el día de la Mujer trabajadora. 

Es curioso como Alborg en su célebre Historia de la Literatura Española, le dedica 6 páginas a  la novelista madrileña y sin embargo he visto como manuales de la novela española, publicados con fecha un poco más reciente, se olvidan de ella.





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