jueves, agosto 30, 2007
VACACIONES
Miramos el mar para encontrar
el grado de sus azules.
Buscamos el verde que lleva el aire
en estas colinas que transitamos.
Observamos cómo la luna se empeña en cubrir
y descubrir la arena en el ritmo de su mareas.
Así son las horas de estos días
donde muy pocas veces
despierta el sol y casi siempre
sonríen las nubes negras, que más tarde descargan su lluvia.
También nos gusta dejarnos sorprender
por las olas que juegan a saltar las rocas
en los acantilados con gotas llenas de claridad.
Paseos de la mañana en las piedras y el asfalto
que alguna vez dejan huellas en la playa, para engarzarse en las tardes de este verano, con canciones de coro y música de violines, porque hay recuerdos para las fiestas medievales
de los pueblos en Cantabria.
(c) Texto y fotos: Luz del Olmo
Etiquetas: . Mis fotos. mis textos
domingo, agosto 12, 2007
TERREMOTO
Estoy sentada frente a mi "caótica" mesa de ordenador, cuando siento que ésta se mueve sin motivo aparente. Pienso en la gata que a veces hace extraños movimentos, la busco, no la veo y lo comento con Mariano. Él está en la habitación de abajo y me confirma que le ha pasado lo mismo y ha pensado, como yo, falsamente en la gata. Entonces nos damos cuenta que ha sido la Tierra la culpable de este movimiento. Yo es la segunda vez que lo siento, la otra fue cuando era pequeña y se movió la cama.
Dan las noticias de las diez en la radio y nos lo confirman. El movimiento sísmico ha sido en Ciudad Real y se ha sentido en toda España. La intensidad de 4,7º y la hora las 10 menos doce minutos de esta mañana de agosto.
Es una sensación rara que aún conservo, se ha movido la mesa, pero creo que la sacudida también la he sentido yo por dentro.
sábado, agosto 11, 2007
EN ESTOS DÍAS
En estos días
de claridad sin retorno,
has cerrado tu nave
y no puedo pisar el suelo
en los periódicos del alba.
Ya no escucho nada nuevo
cuando me asomo a tu ventana.
Lo respeto, pero me entristece
no encontrar la puerta abierta
en las velas de tu desbordante
imaginación.
¿Con quién sueñan
los azules de la tardes rojas
en un tren que pretende
llegar al infinito?
¿Quién te ha hecho
dominar el desacuerdo?
Rabia oscura
de cristales que me miran
en los folios sin sentido
faltos de movimiento y norma.
Todo tiene
melancólicas verdades.
Mi yo proyectado en ti sin mi,
armonizaban mi existencia
rutinaria en pensamientos
de lunas semiestáticas.
Me he creído que todo estaba
en pretérito perfecto
y pregunto al eco del pozo oscuro
por donde andará tu barco
en la nada de este todo.
Policromias en los gatos
y paredes de la tarde.
Cada letra era una palabra
que bebía ( en imperfecto)
como un alimento más.
Y cada punto de color,
era mi despertar
a este nuevo amanecer
que ahora ya puedo transitar
sin tu presencia.
Yo sigo ¿seguiré?
en armonía con estos aires
de pensamiento sin rumbo
y eso que otra vez,
te has ido por el camino de la ausencia.
Luz del Olmo
de claridad sin retorno,
has cerrado tu nave
y no puedo pisar el suelo
en los periódicos del alba.
Ya no escucho nada nuevo
cuando me asomo a tu ventana.
Lo respeto, pero me entristece
no encontrar la puerta abierta
en las velas de tu desbordante
imaginación.
¿Con quién sueñan
los azules de la tardes rojas
en un tren que pretende
llegar al infinito?
¿Quién te ha hecho
dominar el desacuerdo?
Rabia oscura
de cristales que me miran
en los folios sin sentido
faltos de movimiento y norma.
Todo tiene
melancólicas verdades.
Mi yo proyectado en ti sin mi,
armonizaban mi existencia
rutinaria en pensamientos
de lunas semiestáticas.
Me he creído que todo estaba
en pretérito perfecto
y pregunto al eco del pozo oscuro
por donde andará tu barco
en la nada de este todo.
Policromias en los gatos
y paredes de la tarde.
Cada letra era una palabra
que bebía ( en imperfecto)
como un alimento más.
Y cada punto de color,
era mi despertar
a este nuevo amanecer
que ahora ya puedo transitar
sin tu presencia.
Yo sigo ¿seguiré?
en armonía con estos aires
de pensamiento sin rumbo
y eso que otra vez,
te has ido por el camino de la ausencia.
Luz del Olmo
EL CAOS
Para Mª Ángeles y su profesor D. Pedro
El caos tiene tiempo y espacio
desobediencia y ternura
amores y libertad.
El caos se va y viene
sin vestir el uniforme
y en los sueños es el rey.
El caos son los cables sin sentido
el trastero de mi casa
y lo que piensa D. Pedro.
El caos con taxonomias pelea
clasifica los movimientos
y le han creado un teoría
El caos es la habitación
de mi hijo Julio
que él la llama entropía
El caos son las guerras sin sentido
y ninguna ha de tenerlo.
El caos es el hambre y la opulencia
que se miran sin hablar.
El caos es la incomprensión y racismo
nadando en el mar de la desdicha.
El caos es el "nuevo orden"
además internacional
Mª Ángeles, el caos, es nuestra realidad
en este tiempo tan ocupado
en reordenar su espacio.
Luz del Olmo
*entropía es la medida del desorden
*teoría del caos: partiendo de dos condiciones iniciales muy similares, puedes obtener resultados totalmente distintos.
viernes, agosto 10, 2007
LA VOZ A TI DEBIDA
Uno de los libros de poemas que siempre más me ha gustado ha sido y es " La voz a ti debida" de Pedro Salinas. Creo que posee una belleza perfecta desde su principio al final. En esta noche del mes de agosto, cuando están muy cercanas las "lágrimas de San Lorenzo" dejo aquí tres poemas de este autor.
Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías; es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves.
Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras;
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras;
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.
¡SI ME llamars, sí
si me llamaras!, sí,
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría;
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas-
¡si me llamaras, sí, si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca desde a voz que dice:
"No te vayas."
AYER TE BESÉ en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto,
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
-¿Adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.
PARA VIVIR no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías; es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves.
Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras;
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras;
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.
¡SI ME llamars, sí
si me llamaras!, sí,
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría;
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas-
¡si me llamaras, sí, si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca desde a voz que dice:
"No te vayas."
AYER TE BESÉ en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto,
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
-¿Adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.
PARA VIVIR no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
miércoles, agosto 01, 2007
PRIMER DÍA DE AGOSTO
Tengo la costumbre de levantarme cuando me despierto y hoy, 1 de agosto, después de la noche más calurosa en Madrid, me he despertado temprano: a las siete y media.
Por ver si encontraba al "fresco", me fui al jardín y estuve arreglandolo un poco que buena falta le hacía.
A lo largo de la mañana me llamaron por teléfono dos amiga y me contaron "sus cuitas". Tengo un poco la intuición que el extremo calor calienta los problemas y andamos todos algo más alterados.
A eso de la una bajé al pueblo y pasé por la librería-papelería-juguetería Elena. Estoy esperando que me traiga el libro "El edificio Yacoubian" del egipcio Alaa Al Aswani. Me lo recomendó Shokry, también egipcio que habla un perfecto español y que pasa una temporada en España. El libro está agotado y ya hasta septimbre, no puede pedirlo. Son vacaciones. En la librería está la hija de la librera que también se llama Elena, tendrá unos dos años. Intento hacerle una caricia y coger su coleta. Ella no me deja y me da su explicación.
- No me toques la coleta. ¿No ves que estoy recién peiná?
De verdad que no me había dado cuenta, como tampoco se había percatado, María, la hija de otra clienta, que no tiene coletas pero sí unas mechas en su pelo de cuatro años. Las dos están muy orgullosas de cómo van peinadas. ¡Esta juventud!
Fuera, en la calle, hace calor, mucho calor, es como si varias estufas de aire caliente estuvieran recorriendo el pueblo.
Me acerco a la tienda de los periódicos que también venden libros, películas, se hacen fotocopias, se recargan móviles y no sé cuantas cosas más. Eusebio ya ha vuelto de vacaciones y tiene unas ganas enormes de irse a su casa, pero aún no es la hora. ¡Maldito trabajo, se empeña en hacernos cumplir los horarios!
Después de comer duermo y me aletargo viendo algo de TV. Leo el periódico y me alegro que los incendios de Canarias estén ya casi controlados.
A eso de las siete voy a la piscina hasta las nueve y ahora que ya es noche cerrada escribo ésto, de nuevo en el jardín de mi casa.
Dicen que hoy bajaban las temperaturas por el norte. Por aquí apenas si se ha notado.
Es lo que tiene agosto que no se le puede tocar las coletas porque está recién peinao.