Inolvidable fue:
El llegar a Candelario,
uno de los pueblos más
bonitos de España,
por la carretera donde
el otoño,
en un cielo gris,
se resistía a irse,
dominando un tono
rojizo.
Inolvidable fue:
Pasear por su calles
empedradas
oyendo el rumor del
agua,
admirando sus casas
con fechas del
dieciocho,
llenas de puertas y
batipuertas.
Mirar a lo lejos el
horizonte
y distinguir sus
montañas
protegiendo al pueblo.
Más inolvidable fue :
Llegar a las siete de
la tarde
al Museo de la Casa
Chacinera,
subir los tres pisos de
empinadas
y antiguas escaleras de
madera,
para encontrarnos con
una cámara,
un desván, o como allí
lo llamen,
donde nos recibió
Mayca,
con sorpresa y alegría
reflejada en su mirada
verde;
la sonrisa de Marina,
la ternura de Manolo,
y en especial el
cariño
y la generosidad de
Pedro
que al poco tiempo y
en penumbra,
con tan solo una luz
azul,
comenzó a recitar,
con voz tranquila,
relajada,
sintiéndose entre
amigos,
los hermosos poemas de
su libro “piel”.
Hubo risas, complicidad
y buena poesía .
Inolvidable fue :
El subir en la
oscuridad
por un camino de tierra
,
hasta la Peña de la
Cruz,
para poder divisar
desde lo alto,
arropados por enormes
peñas,
con insinuaciones
de despeñarse en la
noche,
las luces de Béjar, a
lo lejos Salamanca
y otros pueblos
cuyo nombre no
recuerdo.
Inolvidable también
fue:
Comer la rica cena que
preparó Mariano,
-todo un personaje-
entre personas
desconocidas,
hasta ese momento,
pero que en el calor
del lugar,
nos trataron como
amigos,
haciéndonos sentir muy
cómodos.
Inolvidable fueron las
canciones,
algunas de otros
tiempos,
que cantamos al son que
nos marcaban
la guitarra y las voces
de Alfonso
y también de Pilar y
su hija.
Inolvidable este día
7 de diciembre, porque quisimos acercarnos hasta Candelario y
acompañar a Pedro Ojeda en la presentación de su nuevo libro de poesía
erótica, que no pornográfica, “piel”.
(c) Luz del Olmo
Etiquetas: Pedro Ojeda Escudero. "piel"
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