Escribo con dos días de retraso, pero esa fecha del 14 de junio, es muy importante para mí, y reconozco haber estado algo despistada, en esto de escribir sobre uno de los autores que más admiro: Jorge Luis Borges.
Es muy posible que mi afición venga, desde la última década de los años 70 y principios de los 80, cuando lo vi y lo escuché en una entrevista que le hizo Joaquín Soler, en su famoso programa A Fondo, que se emitía en RTVE.
Lo que siempre guardo en mi mente es la imagen de encontrarme en una playa, -no me preguntéis ¿dónde?- , de arena blanca que en las dunas, levantaba el aire, mientras yo leía en voz alta, a Julio, el menor de mis dos hijos, el mundo imaginado por el escritor argentino. No estoy muy segura, pero tendría unos once años y sé que al leer esto, se reirá un poco, porque se lo he repetido más de una vez:
- Si ahora eres científico, es por los cuentos de Borges que yo te leía.
Él ni me lo desmiente, ni me lo afirma. Quizás no lo haya comprobado en el laboratorio y por eso siempre me lo deja en la duda.
Y es que este escritor, es muy denso, no solo en la cantidad de sus obras, sino también en sus propios cuentos y poemas, de tal forma que si me pedís elegir, por uno u otro género, no sabría escogerlo.
Lo he leído por temporadas y de una forma obsesiva, como era su propio carácter. Algo que he deducido de cuando me dio por leer varias biografías de él. Tengo en mi biblioteca bastante parte de su inmensa obra y a esas obsesiones, las llamo "borgitis" porque leo, leo y no paro. Sin embargo, con el tiempo, confieso que las he espaciado bastante y ahora, en mis años de jubilación, prefiero no entrar en ese desbordamiento nada objetivo, que siempre he tenido con él.
Hoy, después de dos días del aniversario de su muerte, dejo este breve boceto, de mi relación con la literatura de Jorge Luis Borges, al que la Academia Sueca , no tuvo a bien darle el Premio Nobel. Se habló mucho de ello en su día. ¿Cuestiones políticas? Quién sabe, pero para mí, sus escritos siempre fueron y son de Nobel y más allá.
Os dejo uno de sus poemas:
ARTE
POÉTICA
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Jorge Luis Borges, de su libro: El hacedor
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