La experiencia nos dispone
para intensas realidades.
Y en los atisbos de papel
nacemos cada día
porque al respirar los otros,
también respiro yo.
El suave olor a primavera
calienta el aire de las rosas
Y paseando el tiempo,
descubro que el pensar y estar conmigo,
irradia en las nubes de Magritte
la otra realidad que me escondía
el temblor de un tren en marcha
del que tuve que bajar.
Todo tiempo es mutación
por eso las amapolas, tienen el brillo
que quiera darles mi mirada
porque ahora he descubierto
que la lluvia, también tiene su luz.
No es muy bueno afanarse
en la sombra de la huida.
Yo he llegado a comprobar
cómo la angustia paraliza
la conquista de los sueños.
Oigo el canto de mis viejos días
y de sus largas noches
y sonrío al comprobar
que el torrente de mis miedos
baja tranquilo y si ahora te beso
es que ya he desterrado
el rencor que nunca quise.
Si después de unos años de no vernos
observas en mi, signos de vejez
ya sabes que la experiencia,
se entretuvo en trazarme los caminos
por los que ahora me gusta divagar.
(c) Luz del Olmo
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