He de confesar que apenas he leído sobre la llamada Gran Guerra y cuando este verano, Mª Ángeles, me puso al día en las lecturas de la Acequia, me entraron ganas de leer Los cuatro jinetes del Apocalipsis de Vicente Blasco Ibañez, en los dos volúmenes que sacó el periódico,El Mundo, en el 2001.
Sí, a mí también, como dice la autora del blog La arañita campeña, la guerra se me hizo interminable, con tantos horrores que ya van implícitos en su propia palabra, pero que hasta no leerlos, escucharlos o verlos en películas y documentales... no eres del todo consciente, de ese gran sufrimiento.
Como la mayoría de los que pasáis por aquí, nuestras vidas transcurren en un periodo de paz en el viejo continente, no obstante, la barbarie de las guerras no ha terminado y en otros lugares de nuestra Tierra, siguen y siguen masacrando a niños, mujeres y niñas, y por supuesto, también a los hombres. Recordemos las guerras del Yemen, Siria, Afganistán, República Democrática del Congo, sin contar los interminables lugares, donde los derechos humanos no se respetan, y, donde la población, sufre el continúo aplastamiento por parte de los poderosos.
En esta novela del autor valenciano, menospreciado por algunos y alabado por otros, con una personalidad controvertida y dinámica, donde consigue aventurarse en hazañas inalcanzables para la mayoría de los mortales y aliado cuando escribió la novela en 1916, con Francia, Gran Bretaña y Rusia, frente a Alemania y el imperio Autro-Hungaro, nos escribe y describe, una gran crónica, de los acontecimientos que ocuparon y llenaron de sufrimiento la Europa de 1914 hasta 1917, algo que me pareció magistral, pero también estuve esperando durante muchas páginas de lectura, el que profundizara en los numerosos personajes que salen en esta novela- saga, y, en especial, en sus protagonistas, mas no lo encontré. A mi parecer, el autor se quedó en relatarnos todos los acontecimientos que ocurrieron al detalle, tomando como hilo conductor, la historia de una familia, afincada en Argentina y trasladada a Francia y Alemania, los dos países principales de esta contienda.
El libro tiene buena prosa y se lee muy bien. Blasco Ibáñez conoce las técnicas de narración y las aplica en sus numerosos escritos, muchos de ellos, llenos de denuncia contra los poderosos, para tener al lector atento a los hechos que van sucediendo, donde esos cuatro jinetes del Apocalisis emergen entre sus páginas: El primer jinete sobre un caballo blanco Era la Conquista, según unos; la Peste , según otros. Podía ser ambas a la vez. Y le sigue un caballo rojizo. Era la Guerra. El tercero un caballo negro. Era el Hambre y el cuarto un caballo de color pálido. "El que lo monta se llama La Muerte y un poder fue dado para hacer perecer a los hombres por la espada, por el hambre, por la peste y por las bestias salvajes" ..... escribe el autor en la página 154 de este libro.
¿Cuándo dejaremos de matarnos los unos a los otros? ¿ Por qué no aprenderemos a convivir con respeto y comprensión hacia el contrario? ¡Ojalá algún día lo consigamos!
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