D.Benito Pérez
Galdós, nunca se casó, pero sí tuvo varias mujeres a quién amó
y le amaron.
Su amigo Navarro
Ledesma dijo de él: “ Le gustan las mujeres … lo que nadie
puede imaginarse; pero todo se lo calla y de estas cosas, ni Dios le
saca una palabra”.
Parece ser que así era
D. Benito, hombre tímido, sin mucha salud, trabajador y
enamoradizo. En su prolífera obra están representadas y
reconocibles estas mujeres y con algunas de ellas mantuvo una
amplia correspondencia.
Siguiendo a BENITO
MADARIAGA en la biografía que hace del escritor canario, en su
libro Biografía Santanderina, las iré citando y resumiré
lo que cada una representó para el autor de La Estafeta
Romántica.
Su primer amor fue su
prima Dolores Macías , ex novicia del convento de las
Descalzas y según Ruíz de la Serna y Cruz Quintana, debió ser de
una forma platónica y unilateral, ya que Dolores era unos cuantos
años mayor que su primo Benito.
Entre Sisita
Galdós, y su también primo Benito Pérez Galdós, sí hubo
correspondencia afectiva pero Doña Dolores, madre del escritor, no
aprobó esta relación y a D. Benito le obligaron a poner tierra
de por medio . Fue entonces cuando se vino para Madrid. Gullón
identifica a Marianela con Sisita.
Juanita Lund, fue
otro amor frustrado y según algunos autores, sirvió de modelo
para el personaje femenino de Gloria.
En su libro Lo
prohibido, aparecen tres mujeres Eloísa, María Juana y
Camila ¿ Representan tres pasiones de D. Benito?
De lo que no existe
ninguna duda es de los amores de Doña Pardo Bazán y Galdós.
Las cartas de la primera así lo atestiguan y si bien en principio
era una gran amistad, donde las conversaciones debieron coincidir
sobre la necesidad de la liberación de la mujer y su derecho a
tener el mismo acceso a la educación y cultura, después los
sentimientos se fueron transformando hasta llegar a una gran pasión
por parte de los dos. Después, tuvieron sus diferencias, como puede
ocurrir a las parejas y aunque su fogosidad se calmara, parece que
su amistad continuó hasta el final de sus días.
En sus primeras cartas
Doña Emilia se dirige a Galdós como: Mi querido maestro,
para continuar, como cualquier enamorada, con los apelativos que
supongo ellos dos sólo conocían y que no difieren de todos los tocados por el niño Cupido, por eso encabezaba sus cartas
con : miquiño, mi cariño, ratonciño, minino ( aún
no sé en realidad el por qué de ese nombre, Pedro me lo tendrá
que explicar) amigo del alma, mi almita, mi dulce bien , monin,
amado roedor mío, caro roedor literario y como toda pareja
tuvieron sus encuentros y desencuentros. Tanto ella como él
simultanearon amantes mientras estaban juntos . En La
Incognita y Realidad, Doña Emilia está
presente en sus personajes.
Las fechas de las
cartas que publica Carmen Bravo Villasante puede que estén fechadas
entre los años de 1889-90
Concha Ruth Morell,
la llamada “hebrea de Galdós” fue una mujer complicada y de
vida difícil. En la novela Tristana, está bien representada. La
correspondencia epistolar entre ambos también existió y en una de
sus cartas le escribe a Galdós ; “ Yo no puedo negar que te
conozco, que te admiro y que te agradezco mucho el papel que me has
dado en Realidad,” escrito posiblemente en 1892.
El novelista, por su parte, también la prodiga palabras cariñosas como “ Te admiro y te adoro”, sin
embargo su relación parece que estuvo lleno de tiranteces y
discusiones.
Esta mujer declaraba:
“Viva la República Federal, precursora de la Anarquía “ . Sus pensamientos son de libertad “ De las leyes naturales, nada quiero decir,
pero de los convencionalismos de las leyes contrahechas que oprimen y
tiranizan, si, de esas reniego, las abomino con todas las energías
de mi ser consciente”.
Pero la mujer que le
daría una hija fue Lorenza Cobian, madre de María, se sabe
que era de Bodes ((Oviedo) hija de unos labradores. Los estudiosos de
la obra de Galdós la identifican con Leré, el activo personaje
femenino de Angel Guerra . Don Benito solía escribirle
tarjetas postales desde diferentes puntos de residencia o de sus
viajes. El 26 de julio de 1906 , atentó contra su vida. Fue el
padre el que le comunicó por carta a María el fatal desenlace de su
madre y Carmen Bravo Villasante ha publicado algunas cartas de D.
Benito a su hija. Cartas llenas de cariño en las que se preocupa de
su ortografía y la informa de de sus obras en preparación.
En 1907, el escritor
conoce a Teodosia Gandarias, el último gran amor de su vida y
con la que mantiene una larga correspondencia : “ Eres la mujer
única. No existe ninguna que pueda igualarse a ti por la dulzura del
afecto, regularidad de razonamiento, por la firmeza de la voluntad,
por el rigor de la conducta por el orden y la sencillez con que
vives, y por las infinitas gracias a todas estas prendas acompañan .
El encontrarte en el camino de mi vida ha sido mi mayor acierto , o
el mejor golpe de la suerte o el premio mayor y más gordo de la
humana lotería . .” La llama: “amadísima Teo, adoradísima y
dulcísma Teo, mi Teo, mi dicha y mi soberana, Mi Musa “ y en su
libro El caballero encantado, la identifica con la
maestra Cintia Pascuala , la de los ojos divinos, boca linda y
risueña. Su relación debió prolongarse hasta 1915 cuando escribe
La razón de la sinrazón donde aparece la educadora
Atenaida, también inspirado en Teodosia. Posiblemente Galdós se
hubiera casado con esta mujer con la que tuvo un hijo que murió de
pequeño, pero no se sabe el porqué no lo hizo . No sé si nuevas
investigaciones lo datarán.
A Galdós le gustaban
las mujeres, eso es evidente, pero también le gustaba el correo
epistolar y una buena muestra de ello es este Episodio Nacional de
La Estafeta Romántica donde hay mujeres que escriben
cartas , se habla de amor y donde se expresan mofas sobre el romanticismo, pero es
que el alma de D. Benito, quizá a su pesar, fuera más romántica
de lo que él hubiese querido.
Luz del Olmo
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