Tengo que confesar que en mi lectura de las dos Sonatas que he leído, siguiendo el grupo de lectura de la Acequia, me he fijado más en las mujeres protagonistas: la pobre Concha y la fogosa e incestuosa Niña Chole y sin embargo he dejado un poco al margen al gran protagonista de todas estas historias El Marqués de Bradomín.
Leyendo el libro que ya os anuncié Valle-Inclán. Los botines blancos de Piqué, una biografía algo especial de nuestro autor y escrita por Francisco Umbral, encuentro que el capítulo 19 está dedicado especialmente al marqués con este título: El Sadismo de Bradomín.
Intetaré resumir y aportar algo sobre esta visión que tiene Umbral de Bradomín.
Uno de sus primeros postulado es hacerse una pregunta a cerca de quién han sido los modelos o maestros de Bradomín : Barbey, D´Ánnunzio, Huysmans, Baudelaire, etc, para seguir preguntándose ¿ y quiénes fueron, a su vez, los modelos y maestros de estos escritores europeos?
Para después responder que el gran modelo y maestro fue el marqués de Sade. Hasta llegar a afirmar que El sadismo( un sadismo atenuado, refinado, que casi nunca va demasiado lejos) es el tema único de las Sonatas.
Unas líneas más abajo afirma:
Bradomín practica un sadismo muy refinado al llevar al agotamiento sexual y vital a mujeres moribundas…( supongo que se refiere a Concha)… Bradomín practica incluso el sadismo moral al encender el amor de una adolescente que se siente en pecado por su culpa
Para Umbral, la victima de Bradomín merece la pena si peca contra sí misma y contra Dios, el placer está en que ella se entregue contra todos sus principios
Bradomín es Valle, aunque más lo hace coincidir con Montenegro – el protagonista de las Comedias Bárbaras- y en el momento en que escribe Las Sonatas Valle se está haciendo una personalidad artificial, dandi, y utiliza como percha a Bradomín
…El Aretino, Casanova y Sade forman el triángulo en el que se inscribe Bradomín……. tiene más de sádico que de libertino. El sadismo de Bradomín se va profundizando a medida que leemos Las Sonatas
Páginas más adelante insiste en su idea de sadismo y nos dice: No se puede seguir diciendo que Las Sonatas son las memorias de un “libertino”. Son las memorias de un sádico, así de claro lo explica y lo ve Umbral
Unas líneas más abajo sigue Bradomín no es Sade, pero también es marqués. Y un poco homosexual de pensamiento, para completar el diagnóstico
…Bradomín protagonista de estas Sonatas, sólo es el Valle que Valle se propone as sí mismo como modelo irónico, entre Casanova y Sade. También se ha citado mucho a Don Juan, pero Don Juan, tal como lo entendemos los españoles, es un violador deportivo, superficial y alegre, sin sadismo, sin literatura bradominesca. Don Juan puede ser Casanova, pero no Bradomín.
En cuanto a su estilo en estas Sonatas, se nota que a Umbral le gusta y mucho
…..Quedamos pues, en que Valle, en las Sonatas, vive de préstamos, pero generalmente mejora a sus modelos. Valle se hace un estilo artificios, y por veces bellísmo, siempre deleitable, porque nadie parte de la nada y porque él está dispuesto a ser artificio en vida y obra. Su prosa modernista no es sino el modelo que conducirá su vida. Algo así tiene en la cabeza cuando escribe las Sonatas. No importa que no existan los castillos ni las princesas. Importa la conversión del mundo en texto, para luego pasar más fácilmente del texto al mundo.
Y refiriéndose más en concreto a esta Sonata de Estío que estamos leyendo escribe:
El sadismo de Estío llega a su culmen cuando Niña Chole se enamora de Bradomín mientras contemplan ambos, sobre el mar, cómo un tiburón devora a un joven nativo. Esta decoración enciende la lascivia de la mulata. Del sadismo de los salones y las alcobas agonizantes hemos pasado a un sadismo salvaje, brutal , austral. Valle sigue uniendo sexo y crueldad en todo el ciclo. La clave de Bradomín en efecto es el sadismo y la clave de la serie . En la triada famosa “feo, católico y sentimental”, a Bradomín se le olvida voluntariamente el rasgo profundo que le explica.
Como podéis observar incide en ese sadismo que es la esencia del personaje creado por Valle. Confieso que al leer esta escena que aquí narra Umbral yo también quedé impresionada por lo que en ella se estaba contando.
Para terminar este pequeño resumen de lo mucho que dice Umbral os dejo sus palabras finales de este capítulo:
Las Sonatas, en fin, tienen como clave personal el sadismo de Bradomín y como clave literaria, estética, un simbolismo degenerescente y que traía en sí todas las posibilidades mallarmeanas de una escritura nueva. Valle, el bohemio astroso de los cavés de Alcalá, lleva todo eso dentro y lo sabe o intuye, pero lo calle, casi siempre, y hace bien . Tampoco iban entenderlo. Ortega, el mas esperanzador, tampoco le entiende a fondo, llevando en su prosa algo semejante. Con lo que Valle se nos queda solo, resplandeciente de ausencias.
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